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100 ENRIQUE RIVERA Mas si las creaturas son el reflejo de Dios son igualmente el cauce de su bondad. Que lo diga, si no «la hermana agua, la cual nos susten– ta y gobierna y produce diversos frutos ... » 48 • Ante esta visión de la naturaleza el alma se siente incitada a cantar con San Francisco al Pa– dre Celeste. Pese a nuestras inmensas desgracias hay motivo todavía para cantar desde el momento en que Francisco nos ha e.nseñado el hondo sentido que tienen las cosas: las humildes y las grandes; las in– significantes y las muy significativas. Nos ha enseñado a verlas todas como destellos de Dios y canales de su bondad. Pese a la brevedad que nos hemos propuesto no podemos menos de aludir a una objeción frecuente en los ambientes intelectuales en los que se quiere ligar a Francisco con ciertas corrientes de panteísmo naturalista. Abordamos hace años este tema y nos remitimos a aquel estudio 49 • Baste ahora subrayar de nuevo y con mayor conciencia re– flexiva que todo panteísmo está viciado en su cogollo por una falsa concepción de la inmanencia. En virtud de esta inmanencia las cosas se vinculan entre sí en una unidad cósmica divina en la que todas ellas se identifican con Dios. Pues bien; esta unidad cósmica divina es total– mente ajena a la mentalidad de Francisco. N~die mejor que él ha vivi– do la presencia del Padre Celestial, desplegando el poder de sus bonda– des por toda la creación, en plena y total Transcendencia. Si exclamaba «Dios mío y todas las cosas», frase que puede ser del agrado del filóso– fo panteísta, Francisco repetía esta frase porque veía todas las cosas unidas a Dios, no por ser idénticas a él, sino por hallarse respecto de él en total dependencia. Los conceptos de Transcendencia y depen– dencia se hallan insertos en el alma de Francisco. Y aunque no hiciera de ellos motivo de sus reflexiones, dan, sin embargo, la clave para dis– tinguir con nitidez el panteísmo naturalista y la bella claridad del mun– do que Francisco contempla como espejo de Dios y trasunto de su Bondad. Sexta vivencia: Y LOS HOMBRES, HERMANOS Iniciamos esta nueva reflexión con puntos suspensivos para poner en relieve la conexión de esta vivencia de San Francisco con la anterior. En efecto, vimos que en la mente de nuestro Santo todas las creaturas 48. Cántico de las Creaturas, en San Francisco... p. 49-50. 49. San Francisco y el panteísmo naturalista, en Naturaleza y Gracia 2 (1955) 209-227. - L. IRIARTE, Vocación Franciscana, Madrid 1971, p. 194-206 comenta este tema, ha– ciendo referencia a mi estudio.

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