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282 BERNARDINO DE ARMELLADA ción divina" (57). Se concluye el capítulo primero con dos observaciones: que en todas las mediaciones se encuentra la huella de la Trinidad, pues Dios se deja conocer poderoso, sabio y bueno por las cosas, mediante la contem– plación, el raciocinio y la fe... y que en cada una de las mediaciones conside– radas se da el paso, de lo sensible patente, a Dios latente en ellas. De este modo aparece "el dinamismo o movimiento anagógico por el cual se da el en– cuentro entre Dios y el hombre a partir de las mediaciones sensibles estudia– das" (61). El capítulo segundo tiene como título "Continuidad bonaventuriana con la herencia recibida y aportación propia". En él Z. estudia "la atmósfera intelectual que san Buenaventura respiró, en la que se distingue nítidamente el influjo platónico, a su vez impreganado de neoplatonismo y bifurcado en dos corrientes: la de san Agustín y la del Pseudo-Dionisia" (63). Natural– mente se trata de una investigación apoyada abundantemente por la biblio– grafía al respecto. No puede menos de detenerse a repasar la doctrina de san Agustín sobre el signo, aplicado sobre todo a su concepto de sacramento. Característica es la separación neta que establece entre el signo y lo significa– do, como se ve por la cita de De Doctrina Christiana: "Es una miserable servi– dumbre del alma tomar los signos por las mismas cosas, y no poder elevar por encima de las criaturas corpóreas el ojo de la mente para percibir la luz etema" 11 (72). En una especie de elevación místico-poética Z. enfatiza el as– pecto liberador de los signos. Los signos, interpretados, liberan el espíritu elevándolo a las realidades por ellos representadas. El Bautismo y la Eucaris– tía son signos de libertad, porque mediante el significado que descubren, li– beran de la esclavitud de lo sensible y pasajero. Continúa Z. con un acerca– miento más preciso a la definición de sacramento, a fin de presentar una idea más acabada de la concepción agustiniana del signo (73). Para san Agustín el sacramento es una celebración, un rito, por el cual se conmemora un hecho pasado que tiene una significación espiritual. El sacramento es, pues, un sig– no con una significación. La definición concisa que el santo obispo de Hipo– na da de sacramento es: sacmm signum. Una organización de toda la teología sacramentaria de san Agustín en tomo a la distinción de signo y cosa (res- 11 S. Agustín, De Doctrina Christiana III, 5,9; PL 34,69; CCSL 32, 83.

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