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SAN BUENAVENTURA - ALTERNATIVA TEOLÓGICA 281 de los ángeles en forma humana, con la que se adaptan a nuestro modo de comunicación. Pero al cuerpo en el que se mueven le basta la exterioridad sensible sin más entidad real, ya que su función es de mero signo, por cuya mediación angélica se nos descubren aspectos nuevos del poder y de la bon– dad divinos. Quiero subrayar el matiz poético de la observación de san Bue– naventura cuando quiere ver en los ángeles una llamada al optimismo frente a la posible y desoladora sensación humana de la ausencia de Dios. Matiz que no le pasa desapercibido a Z. (49). La doctrina bonaventuriana de los sacramentos es evidentemente un punto básico para ahondar en la idea del simbolismo. Z. la expone en dos apartados dedicados a los sacramentos en general (el primero) y a la Eucaris– tía (el segundo). La razón de la institución de los sacramentos como signos sensibles para la colación de la gracia espiritual, además de corresponder a la naturaleza del hombre, que en su situación mundada conoce lo espiritual sólo a través de lo sensible, estriba también en el hecho de que, habiendo si– do los sentidos corporales la ocasión del pecado, convenía que la gracia co– nectase de algún modo con lo sensible (51). Z. recurre aquí a un estudio de A. Pompei, que habla de la naturaleza sacramenta/ de la fuerza salvífica de Cristo. La amistad con Dios a la que estamos llamados necesita una visibili– dad, que los sacramentos están en disposición de prestarle. Como acciones de Cristo realizadas por la Iglesia, hacen de la misma Iglesia una nueva forma de visibilidad en un dinamismo activo que es la continuación santificadora de la encamación del Señor (52s). "Fue necesario que el cuerpo y la sangre de Cristo se nos dieran velados en súnbolos sacratísimos y en semejanzas ade– cuadas y expresas", dice san Buenaventura en el Breviloquio 9 • Z. expone lue– go cómo el Doctor Seráfico concibe la presencia de Cristo en las especies eucarísticas y encuentra "interesantísimo notar que nuestro autor se aleja de una postura que podríamos llamar sustancialista, respecto de la presencia de Cristo en las especies" (55). Cita ampliamente un estudio de F. Costa 10 e in– terpreta que "una cosa es el significado propio del sacramento y otra el signi– ficado alegórico-litúrgico del sacramento vinculado a la pasión del Señor, que viene dado por el rito sacramental establecido por la Iglesia y no por institu- 9 Brev., 6, 9; V, 2746. 10 Cf. F. Costa, Simbolismo della presenza eucaristica in san Bonaventura, en Bonaventura Maestro di vitafrancescana e di sapienza mstiana II, Roma 1976, 388-394.

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