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280 BERNARDINO DE ARMELLADA sión originaria 5 . Con esto se nos anuncia ya el tema de la sensibilidad trascen– dental, que aparecerá con todo su valor significativo en el capítulo tercero. La Sagrada Escritura no sólo es tema primordial en el pensamiento del Doctor Seráfico, como, por otra parte, ha de serlo en todo teólogo auténtico. Para san Buenaventura la Escritura es su castÍ'. Es la sabiduría de Dios la que se nos presenta multiforme en la Escritura por la riqueza y trascendencia de sus sentidos más allá del sentido literal 7 • Los sentidos espirituales - alegórico, tropológico y anagógico - responden maravillosamente a las aspiraciones más profundas del alma humana, pues enseñan respectivamente lo que hay que creer, lo que hay que hacer (movidos por el amor) y lo que hay que de– sear y esperar. Z . repasa al respecto las siete "Colaciones sobre el Hexaéme– ron", donde san Buenaventura se entretiene profusamente con las enseñan– zas de la Escritura, que llama "corazón de Dios, boca de Dios, lengua de Dios y pluma de Dios ... boca del Padre, lengua del Hijo, pluma del Espíritu Santo" 8 • Y concluye nuestro autor: "El encuentro del lector con la Escritura es el encuentro del lector con Dios. Ella le permite ir más allá de la letra y de los sucesos, abriéndole una inteligencia espiritual por la cual Dios se revela co– mo gracia que lo cura en la fe, la esperanza y la caridad. La realidad simbólica de la Escritura devuelve al hombre la percepción simbólica de la realidad" (45) . No descuida Z. un aspecto ineludible en la visión bonaventuriana del universo espiritual: el ministerio de los ángeles. En el contexto de las media– ciones simbólicas se hace referencia sobre todo a la manifestación sensible 5 Cf. S. Martignoni, 'Ascensus' et 'reductio' ne!!'Itinerarium mentis in Deum di S. Bonaventu– ra, en Ethica 9 (1970) 60-62. 6 Refiriéndose a las consideraciones posibles sobre las cosas de que habla la Escritu– ra advierte muy plásticamente: "En esta investigación hay un peligro, porque peligro es alejarse demasiado de la casa de la Escritura; y nunca gusta al niño alejarse mucho de la casa. Este peligro hay en las ciencias (naturales), a saber, que se entretenga uno de talma– nera en investigaciones propias de estas ciencias, que no pueda luego volver a la casa de la Escritura". Col!ationes in Hexaémeron, 17, 25; V, 413a. 7 Se le pasa a Z . recordar el autorizado testimonio del P . Chenu, quien dice del prólogo del Breviloquium: "Páginas bellísimas, el más hermoso programa de hermenéuti– ca que ha podido presentar el siglo XIII" (M.-D. Chenu, La théo!ogi.e comme science au Xille siec!e, ed. 3, París 1957, 54) 8 Hex., col. 12, 17; V, 387a.

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