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A. que esa "sensibilidad trascendental" es propia de los humildes y sencillos, mientras que resiste a los soberbios (p. 303). Pero tan sugestivas conclusiones no son meras expansiones de un tem– peramento poético - que no le falta al A. y que valorará positivamente cual– quier lector - . Son fruto de un trabajo científicamente serio sobre la obra bonaventuriana, teniendo en cuenta su contexto histórico y teológico en ex– posición avalada por la correspondiente bibliografía. Mi excursión, un poco a saltos, a través de este libro busca dar una idea de su rico contenido, que evidentemente tiene una amplitud y profundidad que no es posible recoger en esta nota. Por eso lo que sigue, más que resu– men, es una serie de llamadas que espero resulten algo más que pensamien– tos desarticulados 2 • Unas observaciones finales quieren contribuir a esclare– cer algunos puntos que considero no suficientemente ponderados, sin que ello signifique disminuir el mérito de esta aportación, no sólo a los estudios bonaventurianos, sino a todo el panorama de la teología. En la introducción declara Z. su deseo de dar una respuesta a la acusa– ción de "ontoteologismo" (ruptura entre el discurso poético-bíblico y el dis– curso teológico), que Ricoeur formula contra la teología católica (representa– da por el tomismo). Piensa que en la teología de san Buenaventura - teología del símbolo - , existe "una fuente de inspiración distinta para el quehacer teológico (y que se presenta hoy día como alternativa en la teología y a la teología tomista)" (11). El capítulo primero es un análisis de "las mediaciones simbólicas bona– venturianas". Parte de una cita del Itinerarium mentis in Deum, donde san Bue– naventura compendia su actitud frente a la realidad: "Las cosas de este mun– do sensible significan las perfecciones invisibles de Dios" (15). Concreta– mente manifiestan a Dios, porque son signos de una causa creadora, ejem– plar y final. Z. hace una aclaración, que califica "de método" para el propio trabajo, remitiéndose a una frase que se ha hecho famosa en los estudios bo– naventurianos: "El orden es que se comience por la firmeza de la fe y se continúe por la serenidad de la razón para llegar a la suavidad de la contem- 2 Sólo de cuando en cuando empleo las comillas para destacar textos del A. al pie de la letra, aunque en general no me aparto sustancialmente del mismo texto. Los núme– ros entre paréntesis indican las páginas del libro donde se encuentran los textos o ideas de este resumen.

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