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SAN BUENAVENTURA-ALTERNATNA TEOLÓGICA 287 tíva de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, mediante el don de sabidu– ría y del amor (129). El capítulo tercero y último, bajo el mismo epígrafe que el título del li– bro, "La teología del símbolo", ocupa más de la mitad de la obra. Después de dejar sentado que el discurso de san Buenaventura se construye a partir de la fe, estudia detenidamente el concepto de símbolo y su significado, rela– cionándolo con el ejemplarismo, en que la mediación de las ideas ejemplares en el conocimiento se concretiza en la realidad de Cristo (sic), como ejemplar radical en la Trinidad (139-199) . Otro apartado analiza el concepto de ' cointuición", que describe como "condición antropológica que hace posible percepción sensible de Dios en el mundo, en correspondencia a la presen– cia del símbolo portador de la ley del doble sentido" (217). La eficacia de la cointuición quedó degradada por el pecado original. Aquí entra la decisión ·vina de reparar la ceguera humana con la encarnación del Verbo, convir– .éndose así el cuerpo de Cristo en "la mediación por excelencia en la cual los hombres encuentran a Dios y ellos son encontrados por él. En el cuerpo de Cristo encuentra su fundamento último la dimensión simbólica de la reali– dad" (221). Sigue una amplia descripción de la cristología bonaventuriana en sus conexiones trinitarias, pnematológicas y, sobre todo, en la función mediado– ra de Cristo a través de la gracia transformante "don del Espíritu Santo, gratuito y creado, que viene del Padre por medio del Verbo encarnado" (229) y en la fe, que implica la "cointuición reparada", tanto objetivamente o divino latente se hace explícito en la carne de Cristo [243]), como subjeti– vamente (el hombre es nuevamente capaz de comprender, desde las cosas ensibles, las cosas celestiales y salvarse" [243]). A Cristo se reduce, pues, en alabras textuales de san Buenaventura "toda la metafísica: de la emanación, de la ejemplaridad, de la consumación, es decir, ser iluminados por los rayos celestiales y reducidos al sumo" (246). El A., buscando apoyo en la "especulación" del Itinerarium, da un contenido amplio a la "cointuición", como un conocimiento simbólico (indirecto) de Dios a través de la gracia divina, entendida ésta como creación (sentido lato de la gracia) y como repa– ttción (sentido estricto). Pero como Dios es trinidad, se debe afirmar igual– mente que es un conocimiento simbólico de la Trinidad. Por eso, la cointui– ción es el instante de gracia, de iluminación y de gozo en toda contemplación

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