BCCCAP00000000000000000000965

UN MODELO DE ECONOMÍA SOSTENIBLE 89 De los misioneros catalanes, el historiador Pablo Ojer llegará a afirmar: “Quienes coronarán la obra de elevación cultural del indio guayanés por medios pacíficos, no serán los ingleses sino los españoles con las nunca bien ponderadas misiones de los capuchinos catalanes” 11 . El número total de misioneros —durante la vida de la misión— se acerca a los 180 religiosos, todos pertenecientes a la provincia de Cataluña, y trabajando en los dos territorios, el de la isla de Trinidad y Guayana. Entre ellos merecen destacarse Tomás de Santa Eugenia, que además de desempeñar la tarea de prefecto, fue el iniciador del hato en beneficio de la misión; Benito de Moya, Benito de La Garriga, Narciso de La Bisbal, que se preocupará de extender la misión hacia la colonia holandesa, Buenaventura de San Celonio, Buenaventura de Sabadell, Luis de Castelltersol. No se puede olvidar tampoco a Félix de Tárrega y Jaime de Puigcerdá, defensores de los derechos de los indios. Joaquín M. de Martorell se distinguió por sus cualidades educativas y por su sensibilidad ante las injusticias sociales. Mariano de Cervera, por su parte, fue especialmente diligente en su preocupación por organizar “entradas” para la reducción de los naturales. Marcos de Vich, Esteban de San Feliú y Raimundo de Figuerola murieron a manos de los indios naparimas en San Francisco de los Arenales (Trinidad, 1 diciembre 1699); Pedro de Folgarolas, sufrió la misma suerte en el Paragua (Guayana, 13 marzo 1772), donde había fundado el pueblo de San Román de Caruachi, lugar especialmente luctuoso, sobre el que luego volveremos. El primer pueblo fundado en Guayana (1724), el de la Purísima Concepción de Suay, se trasladó en 1765 al de San Antonio del Caroní, fundado también en 1724, tomando en ese momento el título de Inmaculada Concepción del Caroní, donde se ubicará la residencia de los superiores de la misión. Se llegaron a fundar un total de 30 pueblos hasta 1817, más otros 19 que no subsistirán, además de dos villas de españoles. En relación al régimen de los pueblos de misión es particularmente elocuente el informe del coronel Eugenio de Alvarado, testigo presencial, componente de la Real comisión de límites en 1755 12 , quien señala el modo religioso y económico de los misioneros, las explotaciones de ganadería y frutos de la tierra, cultivo del tabaco, de algodón, establecimiento de telares, enseñanza de artes y oficios, carpintería, 11 Pablo Ojer, La formación del oriente venezolano (Biblioteca de estudios universitarios, 6) Caracas 1966, t. I, 541-542. 12 Eugenio de Alvarado, Modo religioso y económico de vivir los padres, granjerías del común de las misiones como del particular de los padres, indios y demás agregaciones a ellas (Hato de la Divina Pastora, 20 abril 1755) . Archivo General de Simancas [= AGS], Estado 7390, f. 12, en Buenaven- tura de Carrocera, Misión de los Capuchinos en Guayana , t. I, 338-351.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz