BCCCAP00000000000000000000965

UN MODELO DE ECONOMÍA SOSTENIBLE 103 Los misioneros, en 1761, buscando el desarrollo de aquel territorio distante y duro para la vida, en unión con el gobernador, se consagrarán a la ardua tarea de abrir una vía de comunicación que permitiera desplazarse adecuadamente desde el Caroní a Angostura. Hasta aquel momento el trayecto había de realizarse por medio de naves a través de los diversos ríos, siendo necesario para ello la compañía de los naturales, que eran los únicos que conocían bien los ríos y la manera más adecuada de navegar a través de ellos. La vía, por otra parte, permitía un mayor control y segu- ridad para el territorio, lo que ponía las bases para el traslado de la capital de Santo Tomé de Guayana a Angostura —que en aquel momento pasará a llamarse Inmacu- lada Concepción del Caroní—. Esto, al mismo tiempo, ayudaba a guardarse lo que permitiría también prevenir las permanentes incursiones de caribes y holandeses, al tiempo que controlar y frenar las constantes invasiones. Así, el traslado de la ciudad tendrá lugar en 1764 y, en ese momento, la misión colaborará con peonadas de in- dios que se desplazaban desde sus pueblos (Caroní, Suay, Cupapuy), además de faci- litar víveres para los operarios: carne salada, casabe… El superior de la misión, por su parte, trasladará también a Angostura la sede del prefecto, donde residirá desde aquel momento el procurador de la misión. El prefecto, con todo, tenía conciencia de que el esfuerzo y tiempo dedicado a ayudar al traslado de la capital, había hecho que se resintiera lo que era su tarea fundamental: las entradas y reducciones de los naturales. Detalle que manifiesta lo consolidada que estaba ya la misión de los capuchinos catalanes, para este momento, es el conflicto vivido con el gobernador Manuel Cen- turión. En él se ve un intento claro de poder intervenir en la gestión —tanto religio- sa, civil, como económica de la misión—mientras que los misioneros recurrirán per- manentemente a los derechos que les correspondían sobre aquel territorio. Por este motivo, en 1772, intentará que los capuchinos catalanes entregasen al obispo siete u ocho pueblos que él consideraba que ya habían cumplido el tiempo reglamentario para pasar a doctrinas. La cuestión llegaría hasta el rey y su Consejo de Indias, que por medio de dos cédulas reales —del año 1774— afirmaba que los misioneros ha- bían hecho bien en retener los pueblos de misión, contra el parecer del gobernador 46 . El conflicto se dilató en el tiempo, en un claro enfrentamiento entre ambos, lo que no paralizará a los misioneros en sus entradas y reducciones, algo que se hacía especialmente complicado ya que el gobernador había logrado sustraer del control de los misioneros, la administración de los bienes de la misión durante dos años y medio. Era lógico que, sin los medios adecuados, particularmente lo que suponía la 46 Cf. R. C. al Virrey gobernador y capitán general del Nuevo Reino de Granada y presidente de la Real Audiencia de Santa Fe (Madrid, 6 julio 1774) , en Documentos para la vida pública del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia , ed. por José Félix Blanco, Caracas 1875, t. I, 456-458.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz