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MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 98 El detalle, sin lugar a dudas, nos habla no solo de la intención política a la que respondían los misioneros, sino también la social y caritativa, particularmente ex- presada por medio de la atención prestada a los esclavos negros, lo que producía una pérdida económica significativa de los intereses de los holandeses. Así lo afirmaba el historiador Albert Webber: Este tráfico de esclavos era la razón de la cordialidad que existió siempre entre los ho- landeses y los caribes desde el día en que aquéllos fundaron su primera estación en el Esequibo. Y de allí también su enemistad con los españoles, representados no por trafi- cantes ni mercaderes sino por misioneros católicos, que se oponían al tráfico de esclavos. Los misioneros españoles buscaban el bien de las almas, los holandeses no se preocu- paban de eso y su actuación se reducía a crear puestos para traficar y comerciar… Este tráfico de esclavos ha cambiado completamente las costumbres de los caribes; hoy su única ocupación es la guerra, matando y vendiendo indígenas 33 . La conciencia de los capuchinos catalanes, en relación al tema de la esclavitud, tenía clara continuidad con la mantenida por su propia Orden, de manera casi ofi- cial, en décadas anteriores a favor de la defensa y reconocimiento de los derechos de los negros 34 . Así se entienden mejor las actitudes sostenidas por algunos misioneros —un ejemplo significativo de ello es fray JoaquínM. de Martorell—, que se opondrá a que esclavos negros trabajasen en los trapiches de caña de azúcar, por considerar que iba contra la propia regla franciscana y, a un mismo tiempo, contra la misma dignidad humana 35 . Pero, al mismo tiempo, sentían también una gran impotencia, pues la práctica habitual era obtener un beneficio por su rescate, incluso cuando se trataba de aquellos que huían de los territorios de los holandeses, lo que generará un problema moral y político. Esta fuerte tensión, en medio de la cuestión de los Límites y, precisamente, la libertad y buen trato de los cimarrones era otro medio sostenible con el que fortalecer también las fronteras frente a los protestantes 36 . El prefecto de la misión se refiera a la experiencia que han tenido y al buen resultado 33 Basilio María de Barral, Los indios guaraúnos y su cancionero , 543. 34 Cf. Miguel Anxo Pena González, Los Capuchinos y la esclavitud negra en los siglos XVII y XVIII , en Laurentianum 44 (2003) 63-105. 35 Así consta en la nota biográfica que se conserva sobre él: “Fue el primero que habló y soli- citó quitar los negros esclavos y trapiche de estas missiones, por ser contra nuestra pobreza altísima y simplicidad seráfica”. APCC, Breve resumen de la vida del R. P. Fr. Joaquín María de Martorell, religioso capuchino de la Provincia de Cathaluña y missionario de la Guayana… , f. 56. Tomado de: V. Serra, Tres segles de vida missionera , 152. 36 Cf. Manuel Lucena Giraldo, Laboratorio tropical: la expedición de límites al Orinoco, 1750-1767 , Madrid-Caracas 1993, 190.

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