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UN MODELO DE ECONOMÍA SOSTENIBLE 97 ro: “los capuchinos cumplieron su doble rol de misioneros y de agentes de la Corona, hecho posible gracias a la relación existente entre la Iglesia y el Estado” 29 . Una cuestión que tuvo su importancia era la referida a la expulsión de los ho- landeses de Guayana, a lo que se va a dedicar con ahínco el gobernador Manuel Cen- turión. La realidad, hasta aquel momento, había estado marcada por la protesta casi permanente de Storm Van Gravesande, gobernador del Esequibo, afirmando que los españoles atacaban las posiciones de la colonia. Con todo, la realidad era otra muy distinta, pues los caribes que habitaban por la parte del Cuyuní, en un núme- ro elevado, se habían establecido en la parte española, pasando luego a civilizarse en las misiones de los capuchinos catalanes, atrayendo así a nuevos pobladores. En este contexto, las quejas de Gravesande iban dirigidas a los misioneros capuchinos que recibían tanto a los indios como a los esclavos negros fugados del Esequibo. La realidad, además, se completaba con la política que permanentemente aplicaban los misioneros, que no era otra que ir avanzando en sus líneas en la fundación de nue- vos pueblos y, por lo mismo, ocupar tierras que hasta ese momento no tenían un claro poseedor, con la intención de llegar a Cuyuní y aproximarse lo más posible al Esequibo 30 . Por otra parte, como ha puso de relieve Mary Watters, después de 1735 los gobernadores insistirán en que las misiones serían el medio más económico y eficiente para controlar a los holandeses e ingleses 31 . Por si esto fuera poco, en 1740, los ingleses habían tomado Santo Tomás de Guayana, saqueando y quemando dos pueblos de misión, por lo que era necesario lograr una estrategia de implantación hispana en Guayana 32 . 29 M.A. Donis Ríos, Guayana. Historia de su territorialidad , 98. Para este autor no hay duda, por lo que incide todavía más en la idea: “Las misiones cristianizaron las fronteras y ayudaron a extenderlas, mantenerlas y atenderlas, y en consecuencia, por sus servicios, fueron financiadas por el erario Real, en un grado considerable a través de los sínodos, pagados por los gobernadores de las Provincias”. Ibidem . 30 Así lo refiere el mismo Gravesande en un despacho oficial: “Tengo informes por una fuen- te fidedigna, que los misioneros están pensando fundar para el año entrante otra Misión aún más cerca de la frontera; esta noticia ha causado mucho descontento entre los habitantes de la Colo- nia, pues con la fundación de esa Misión terminaría la caza de esclavos, que es el único medio de vida que tienen los caribes”. Albert Raymond Forbes Webber, Centenary History and handbook of British Guaiana , edited by Harry Perot Christiani, Georgetown 1931, 41-42. Tomado de: Basilio María de Barral, Los indios guaraúnos y su cancionero (Biblioteca Missionalia hispánica, 15), Ma- drid 1964, 542-543. 31 M. Watters, The Colonial Missions in Venezuela , 142. 32 El prefecto de la misión la desarrolla y describe con todo lujo de detalles. Cf. Fray Agustín de Olot, prefecto de la misión, expone el estado de la misma al rey (Suay, 3 enero 1744) . AGI, Santo Domingo, 678. Tomado de: Buenaventura de Carrocera, Misión de los Capuchinos en Guayana , t. I, 304-307, doc. 106.

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