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3.-Juzgaba los sucesos de la vida con una visión clara e independiente, y tenía expresiones acertadas, y juicios propios para todos los acontecimientos. "Calcula -escri– bía a Dominici- cómo me habrá caído la noticia del nom– bramiento de rector hecho en Sanavria ... No somos nos– otros los que debemos sentirlo, sino la pobre gente que estu– dia, y tiene un peñón encima". Es el juicio exacto de las cosas, que no se debe confundir con la falta de caridad. Es la visión limpia de la realidad y el comentario independien– te del afecto y de la aversión. 4-Es el hombre que encuentra digno de una chanza a sí mismo, porque sabe siempre encontrar en la vida el lado risible, y conoce que la vida no vale la pena de vivfrse sin una sonrisa en los labios, sea de amor, de estoicismo o de buen humor. Comenta su decisión de dejarse crecer la barba a su llegada al pueblo natal : "No me he vuelto a afeitar. Figúrate qué fiso– nomía tan respetable la que ahora ostento, llena de una barba que cada día aumenta de alguncs milímetros, y todo ello me agrada mucho, porque me divierte el verme tan horroroso. La gente de aquí nada nota, porque los jóvenes en este país no acostumbran hacer uso de la navaja; esto, tiene la ventaja de que uno se quema menos con el so 1, puesto que la espesa e hirsuta barba lo prote– ge ... " (c). 5 -Lejos de ser tímido, como su personalidad de artis– ta y de hombre necesitado de cariño nos lo pudiera hacer sospechar, mostró siempre en su vida una fuerza de carác– ter y un dominio de sí mismo, frío y cerebral. Cuando el deber se imponía sobre su voluntad, nada había que lo hi– ciera desistir de una resolución tomada o de una obligación impuesta. (e) Epistolario Dominici (cit. ant.) -71-

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