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mero que figuró en la lista de su parroquia, como volunta– rio para tomar las armas en defensa de la Patria. 16.-Este amor a su Patria hacía que sintiera la her– mandad por todos los compatriotas que encontraba por el mundo, lo mismo en Francia que en Italia, en Madrid que en New York. De esta última ciudad escribía a su herma– na Isolina en 1917: "Siento un placer indecible al encontrarme a cada rato con un venezolano". 17.-En el Prólogo de sus "Elementos de Filosofía", declara que su primer intento al publicar la obra ha sido valer en algo a la Patria: "El alma venezolana es esencialmente apasio– nada por la Filosofía. Las cuestiones filosóficas, la conmueven hondamente, y está deseosa siempre de dar solución a los grandes problemas que en , la filosofía se agitan, y que ella estudia con pa– s10n. La ciencia positiva, la que es puramente fenomenal, la deja la mayor parte de las veces, fría e indiferente". "Dotado, como los demás de mi Nación, de ese mismo amor, publico hoy mi filosofía, la mía, la que yo he vivido, pensando que por ser ya tan venezolano en todo, puede ser que ella sea de utili– dad para mis compatriotas, como me ha sido a mí, constituyendo la guía de mi inteligencia". (f). 18.-Su venezolanismo lo regó con las obras, con los -consejos, y sobre todo con su ejemplo de abnegación, de trabajo, de cariño por las cosas nuestras, por nuestras glo– rias nacionales, y por el amor a sus compatriotas enfermos y pobres, con su padrinazgo espiritual de las inteligencias, con el cumplimiento exacto de las leyes y con el valor de (f) Dr. José Gregorio Hernández. Elementos de Filosofía, 2• ed. Tip. Emp. El Cojo Ilustrado. Caracas. 1912. Prólogo págs. 6 y 7. -62-