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experiencia, y lo que representa su falta en la vida, se de– dicó a prodigarlo con sus familiares, que ya no sentirían la falta del padre al encontrar en el corazón de JOSE GREGORIO el mismo amor desinteresado y paternal. 7.-Ya en Caracas, fué trayendo del pueblo a su tía paterna, que haría el oficio de madre en el nuevo hogar, y a la cual él llamaba familiar y cariñosamente "Mana Lui– sa", mujer virtuosa, desinteresada y amable, que unía a la virtud un alma bella y sonriente, pródiga de atenciones y desvelos por sus sobrinos. Trajo también uno por uno a todos sus hermanos, los casados y los solteros y se preocupó por su colocación en Caracas. Vino también a Caracas, su madrastra, con todos los hijos y para ellos fueron las mis– mas atenciones que para sus hermanos de madre; lo mismo que para su madrastra a quien sufragó todos los gastos hasta · su muerte. Y era padre de aquel hogar, no solamente con su solicitud material, sino, y sobre todo, por sus consejos acertados y atinadas observaciones para que todos ellos ca– minaran por la senda de la virtud y del deber. Se impuso la pesada carga de no formar un hogar al que tenía dere– cho, mientras toda aquella familia que le había improvisado el Señor no lo hubiera formado también y fuera indepen– diente en la' vida. 8.-Abnegación de santo, y virilidad digna de los ma– yores elogios la de aquel hombre que lo supo renunciar todo: la comodidad y el amor, los placeres y la tranquilidad, legí– timas aspiraciones, por un sentimiento cristiano y muy hu– mano también, de amor a la familia .... Compréndase esta fase de su vida para los que miran con un poco de recelo a estos hombres que no son egoístas y que saben renunciarse por ser más hombres que los de-· más, en los que la renuncia no es una tara, sino un sacrifi– cio, no una falta de virilidad, sino una varonía perfecta. 9.-Escribiendo a su hermano César, desde Puerto Ca– bello, al embarcar en su huída a la Cartuja, le dice: "Tú comprendes lo doloroso que es para mí esta separación de mi familia a quien quiero en– trañablemente, y que por esta causa, no he tenido -56-