BCCCAP00000000000000000000964

discípulos qu1s1eron también demostrarle su aprecio; y alternando entre sí, siempre tenía la compañía de cuatro condiscípulos a su cabecera, que le distraían y le prodiga– ban sus cariños, haciéndole llevadera la enfermedad. Todo esto, a pesar, y quizá por ello mismo, de que era el inta– ·chable católico que nunca hizo caso de las burlas y de las frases malintencionadas de los que habían tenido la debili– <lad de claudicar. Siempre el valor y la verdad se imponen, aunque sea al fin. Es la victoria de la "Realidad en sí", que existe, aunque la odiemos, contra la idea descabellada que quisiéramos por soberbia intelectual hacer canon y norma en el mundo que nos rodea. Para entonces, y a pesar de sus escasas salidas de casa, las pocas que le permitían las jornadas intensivas de sus estudios, la amistad verdadera había florecido en torno al joven estudiante. Selectas amistades de la aristocracia de Caracas, pues el único vicio de que se acusaba era de ser demasiado exquisito en sus gustos y en sus elecciones, .se preocupaban por su salud. 14.-Y. . . no hay que decirlo bajito ni entre parén– tesis. La pobreza ha sido siempre la compañera de los grandes genios. No estaba entonces JOSE GREGORIO .sobrado de dineros, y él, que sabía de todo, quiso también aprender sastrería para hacerse él mismo sus trajes, y -evitar con ello gastos superfluos. Y lo consiguió. En su habitación, por la noche, extendía la tela y cortaba, con los patrones prestados por un sastre amigo, la tela para su saco de fiesta o su pantalón de gala. Nadie lo notó más que los íntimos amigos. Esta afición la conservó hasta en sus tiempos de eminencia médica, quizá por simpatía por aquellos años de sus estudios, tan apretados, en los que él mismo iba labrando su personalidad a fuerza de volun– ·tad y de privaciones. 15. ..:.......Convaleciente_ de su enfermedad, volvió a ser el •compañero alegre y el amigo sincero. Pero su alegría na– cía del interior y no necesitaba de algaradas. Es verdad ,que era aficionado, en algún tiempo, podríamos decir, que ,con cierto exceso, a los bailes y a las fiestas de sociedad. -41-