BCCCAP00000000000000000000964

APENDICE: HASTA MAS ALLA DE LA MUERTE . .. El Dr. HERNANDEZ está todavía entre nosotros. Vivo y palpitante en el recuerdo de los venezolanos. El va por nuestras calles otra vez con su paso, menudo, sereno, lo mismo que por las notas del pentagrama del gran Maes– tro Pedro Elías Gutiérrez, en su Elegía al Dr. HERNAN– DEZ; el ilustre autor de Alma Llanera, lo ha sabido evocar. Y no solamente en el recuerdo florido de notas y cancio– nes y versos de jardines. No solamente en el recuerdo emo– cionado. Es él mismo el que está entre nosotros. En la Postulación de la Causa se están recibiendo to– dos los días cartas agradecidas por los favores recibidos por su intercesión: la salud recobrada, la paz devuelta, la alegría renacida ... El ha vuelto a Venezuela otra vez con su pluma ágil y ,con su recetario en el bolsillo. Sí. Se cuentan varios casos en los que él mismo se ha pre– sentado a los pacientes que lo invocaron, desconocido, ves– tido de negro, sonriente, que ha dejado recetas infalibles escritas por él mismo, después de murrto. Sigue siendo médico en el cielo, lo mismo que en la tierra. Parece que el Dr. HERNANDEZ no podía estarse en la gloria, pacífico y bueno, sin sus obras de caridad. Y le ha pedido permiso al Señor para volver a la tierra, a su oficio de médico de los cuerpos y de las almas. Todo venezolano sueña que algún día lo ha de ver en los altares, y no sin razón. Las gracias innumerables y los favores concedidos a los que le invocan, se multiplican in– cesantemente. El señor Arzobispo de Caracas, Mons. Lucas Guillermo Castillo, movido por su devoción, y por los rue– gos de los fieles, ha incoado el Proceso Canónico para la B<'atificaci6n del Dr. HERNANDEZ. El día 27 de junio de 1~M!l, t>l1 el Palacio Arzobispal d<' Caracas, se reunió por prim<'rn wz <'l Trih1111al colq1:iado para la Causa rk Beati-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz