BCCCAP00000000000000000000964

bia11 vivido en Boconó hasta la Guerra de la Federación, en la que tuvieron que huir al Estado Zamora, actualmente l◄]stado Barinas, radicándose en Pedraza. De allí y de ma– nera tan novelesca, perseguidos por el bandolero Martín Espinosa, cuyos desmanes obligaron a su mismo jefe, el Ge– neral Zamora, a fusilarlo por indeseable, huyeron al Estado Trujillo, que era un verdadero oasis de paz en medio de tanta anarquía. Aquel amor tan puro y tan ardiente de los dos jóvenes fugitivos fué santificado por el matrimonio el 22 de octu– bre de 1862. Ya podían formar ·un hogar. El ideal de su vida iba a ser una realidad fragante y hermosa. 2.-El bello concepto cristiano del hogar, que actual– mente va perdiendo su vigor de una manera alarmante, tenía en aquel matrimonio una perfecta realización. Era el hogar donde al anochecer se reunían todos al amorcillo de la candela, y conforme a una tradición heredada de sus antepasados, rezaban el rosario. Las voces de plata de los niños se unían a las voces graves y amorosas, y el sueño sonreído del hermanito pequeño, ponía nota de simpatía sobre la oración. Terminado el rosario, la madre los iba acostando uno por uno, haciéndoles la señal de la cruz, cogiendo la mano de cada chiquito, y llevándosela a la frente, al pecho, a los hombros, santificando ya aquella vida pequeña, y sembran– do el futuro árbol frondoso de la vida cristiana en sus vidas de promesa. Las oraciones infantiles - "Angel de mi Guarda - dulce compañía - no me desampares - ni de noche ni de día"- eran por la noche su última palabra, y por la maña– na su primer balbuceo y la ambientación del día hacia el cielo. Así aquellas almas pequeñitas se iban formando poco a poco en la conciencia de sus deberes religiosos y en la dignidad de hijos de Dios. Tres veces al día las campanas de la pobre igle– sita de Isnotú, cantaban. No había ninguna casa en el pue– blo do !l.de no se rezase el "Angelus". Josefa Antonia reunía -24-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz