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ejemplo de cómo .se logra conquistar la verdadera popularidad dentro de los límites estrictos de la honradez y de la virtud" . No creo que hagan falta comentarios a estas justas palabras de Razetti. Solamente el agradecimiento de la Nación entera a este hombre que supo dejar todas sus con– veniencias personales por dar a la humanidad doliente un poco de alivio. Y el pequeño, aunque justo homenaje, al dar al Sanatorio Nacional de Tuberculosis el nombre del doctor JOSE GREGORIO HERNANDEZ. 10. - En esta época, las obras clásicas de Fisiología. no daban importancia ni dato alguno respecto a la influen– cia que puede ejercer y ciertamente ejerce la latitud en el número de glóbulos rojos en la sangre humana. Fué el doctor HERNANDEZ quien se preocupó en ello, lo mismo que de su divulgación. "Tratando de estudiar esa influencia -escri– be- de la zona tropical, nos pusimos a averiguar la cantidad fisiológica media de los glóbulos rojos en los habitantes de Caracas que teniendo diez grados, treinta minutos y cincuenta segundos de latitud norte, se encuentra naturalmente en la región intertropical". Y concluye dando por término medio tres millones cua– renta y siete mil glóbulos rojos por milímetro cúbico, en vez de los cinco millones encontrados en los climas tropicales. Hizo, además, investigaciones sobre la úrea urinaria eliminada en veinticuatro horas en los habitantes de nuestra capital, y también la encuentra disminuída en comparación de los datos venidos de Europa. En su "Elegía", el Doctor Dominici juzga el opúsculo "De la Bilharziasis en Caracas" como "el primer grito de alarma por la frecuencia de la tremenda infición entre nosotros. Del minucioso estudio de los huevos hallados en las heces de sus siete enfermos, deduce el autor que el parásito de la Bilharziasis de nuestro país pertenece "a la variedad de Bilhaarzia hematobia denominada -217-

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