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cortes con el "microtomo de Ranvier", o mejor con el de "Selong" y los montamos libres en "re– sina damar y colofonia en bencina" (h). En otro trabajo de Rangel sobre "El Carbunclo bacte– ridiano" rinde también su tributo a la herencia del Maestro : "Grande fué nuestra sorpresa, -dice- al en– contrar en los frotis de sangre y linfa, los más puros que pudimos recoger de aquellos elementos ya alterados, la bacteridia carbonosa clásica, tal como la describen los autores y como la habíamos visto en las lecciones prácticas del doctor José Gregorio Hernández". Y líneas más abajo, escribe: "Nosotros, después de haber consultado con nuestro Maestro el doctor Hernández, nos hemos estado ejercitando en la exaltación y atenuación de las bactericidas muertas por medio de los mé– todos conocidos: calor, acción de los antisépti– cos, etc." (i) Durante años Rafael Rangel, aquel gran hombre a quien un sentimiento de inferioridad debido al color, im– pidió tomar el ganado título de Doctor, fué el preparador en los trabajos prácticos en las cátedras que regentaba el doctor HERNANDEZ, y con éste se adiestró y adquirió aquella competencia que lo hacen una de nuestras figuras nacionales de mayor competencia y una de las mayores glo– rias de los Anales de la Medicina Venezolana. El doctor HERNANDEZ se encargó de hacer conocer aquella emi– nencia que él había formado. "A Hernández también debí, años después _.__escribe el doctor Dominici- el conocimiento de ( h) Rafael Rangel, "Teorías del sistema nervioso" en "Anales d1~ la Universidad Central", Año II, Tomo II, pág. 385, 1901. (i) Rafael Rangel, "El carbunclo bacteridiano en Venezuela". ·"( ;acda M{,clica", ;30 de 8diemhre de 1 !JOG.

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