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8.-Acabado un examen de Medicina Operatoria, uno ,de los cursantes salió suspenso. Entonces aguardó en uno de los descansos de las escaleras a que bajaran los profe– ,sores, en tono de venganza y de ataque. El primero que acertó a bajar por aquellas escaleras fué el doctor HER– NANDEZ. El discípulo le arremetió desafiante, pregun– tándole: -Doctor, ¿ quién tuvo la culpa de mi reprobación? El doctor HERNANDEZ, como si no se hubiera dado •cuenta del tono amenazador del jovenzuelo, lo apartó dis– plicente a un lado, mientras decía serenamente: -Oiga, joven; de lo que pasó en el examen somos so– lidarios todos los miembros del Jurado ... 9.-Había veces en que en la Universidad no sólo se tenía que imponer a los discípulos, sino también a sus com– pañeros de profesorado. Con dignidad siempre, sabía dar una lección. En la Facultad de Medicina había un examen de cuyo tri_bunal formaba parte el doctor HERNANDEZ. Este llegó puntual, .y estuvo esp_erando a sus dos compa– ñeros de tribunal. Ninguno de ellos apareció. Pasado un cuarto de hora, el doctor, que tenía más que hacer, tomó su sombrero, y ya bajaba por las escaleras cuando vino uno de los que tenían que acompañarle como jurados. El doc– tor HERNANDEZ le dijo: -No hubo examen por falta de cumplimiento de us– tedes. -Por· mí, no Doctor, -contestó el aludido- pues ya ve que yo venía ... -Sí, pero tarde, como de costumbre. Aprendan a ser formales ... 10.-Los discípulos lo estimaban y lo querían, como se lo demostraron al volver de la Cartuja, cuando fueron a bus– ,carlo para (llll' volviese a la cátedra. Aún no había expirado -- 207 -
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