BCCCAP00000000000000000000964

No existe, pues, ninguna identidad, ni siquiera la más leve entre los llamados éxtasis histéricos y los verdaderos éxtasis de los santos, que consisten en un arrobamiento de las facultades intelectuales, produ– cido por la contemplación sobrenatural; el confun– dirlos es indicar de una manera cierta que no se co– noce suficientemente alguno de los dos estados" (m). Veremos en otra parte la defensa que hace de esta San– ta española, deshaciendo las imputaciones de histerismo que algunos pseudocientíficos se complacen, para más facilidad de explicación, en imputarle. 18.-En la parte criteriológica de su obra encontramos también unas palabras que no me quiero privar del placer de copiarlas, por su contenido y su claridad de exposición, que es la cualidad más diferenciada de toda la obra. "El error no está en el objeto, puesto que todo lo que existe es verdadero; no está tampoco en el con– cepto, porque el concepto, como todo lo que existe, es igualmente verdadero. El error quien lo produce es el juicio emitido. porque al emitirlo se afirma una relación que no existe en la realidad. El juicio, es pues, la primera operación intelec– tual que puede conducir al error. La idea sólo puede ser falsa, si se la considera con relación al objeto, es decir, al hacer el juicio, porque puede representar al objeto de una manera inexacta. La esencia del error consiste en interpretar mül una representación intelectual; pero como para ha– cer esa interpretación es necesario un razonamiento, se deduce que también conduce al error cualqui<'r raciocinio falso o vicioso" (n). 19.-Hemos hecho ya notar la manera como sabía ll(•,·;11· las almas a Dios en todas sus palabras y escritos. I>an•111w; (m) Elementos de Filosofía, páginas 1 ;1í-fi7. (n) Elementos de Filosofía, pág·inas !ll y %.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz