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CAPITULO DECIMO CARIDAD 1.-Su Caridad con el prójimo: Era la Caridad, como hemos podido apreciar en el trans– curso de esta historia, la virtud característica del que fué llamado por antonomasia "El Médico de los pobres". Su ca– ridad para con Dios se extendía a todos los hermanos en Cristo. Como buen franciscano, no veía en la naturaleza, y sobre todo en los hombres, más que hermanos en Cristo que a todos nos redimió y nos hizo hermanos nuevamente en su Sangre, lo mismo que Dios en el principio de los tiem– pos nos hizo hermanos por creación. 2.-Con frecuencia se acordaba en sus oraciones de rogar por los pecadores, a quienes encomendaba a Dios, rogando por su conversión, afanándose, cuando estaban en peligro de muerte, por la salvación de sus almas. Asimismo sentía una piedad muy grande por las almas del purgatorio, por las cuales aplicaba las indulgencias que ganaba, sobre todo en los dos grandes Jubileos, el de la Porciúncula y el del Día de Difuntos. Con frecuencia solía mandar decir la:; misas llamadas gregorianas por sus familiares y amigo:; difuntos, para aliviarles las penas en caso de no estar to-– d2.vía gozando de Dios en el cielo. Y siempre cuidaba de ,m,. sus enfermos recibieran a tiempo, antes de que fuera fa-,- le, los últimos Sacramentos. 3.-Con sus familiares repartía su caridad por igual, al darles algún obsequio, que siempre procuraba que fuera algo útil para su vida, como ropa, calzado, libros, instru– mentos de música, etc. Cuando esto lo hacía con sus sobri– nos, lo hacía sin diferencias a todos, para evitar suscep– tibilidades. Su amor a la familia está patente en sus cartas, como en este ejemplo que tomamos de una de las que escribió des– de la Cartuja : "Mis oraciones son todas por ustedes; cada día apli– co mi comunión, las misas, el oficio divino. el de la -Hí7-

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