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c1p10, es decir: que el sólo hecho de estar el Dr. Hernández reducido a un simple alumno, es para él un gran sacrificio que ofrecer a Nuestro Se– ñor. El Dr., sin embargo, no se da por enten– dido de nada de esto, y sólo piensa en la Cartuja, blanco y término de sus aspiraciones en la tie– rra". (f) El objeto de esta carta del P. Dubuc a César Hernán– •dez no era otro que el pedirle que le remitiera varios ar– tículos aparecidos en la prensa de Caracas a· raíz del viaje de José Gregario .a la Cartuja, y en los cuales se ensalzaba la figura del Doctor. Entre ellos, le interesaba sobrema– nera el testimonio de Razetti en el articulado : "Hermoso y fecundo sacrificio", artículo al que hemos hecho alusión, por su valor, algunas veces en estas páginas. El fin que el P. Dubuc perseguía con esto, era, como él mismo dice: "Poseer el juicio de la intelectualidad cientí– fica de nuestra Patria acerca del Dr. Hernández, porque esto me es sumamente necesario para el buen nombre del Doctor en Europa, y en el Colegio Pío Latino, y para gloria de Dios y de mi Patria". Para el P. Dubuc, la estancia del Dr. HERNANDEZ en el Colegio era un acontecimiento de interés nacional que él tenía que hacer resaltar ante sus condiscípulos, por te– ner entre ellos una figura y una gloria nacional, orgullo, no solamente de su Patria, sino de toda la América Latina. JOSE GREGORIO escribe a César, ya bastante aden– trado en el curso escolar : " ... Ahora me encuentro en el Colegio muy a mi contento y gusto. Hago mis estudios con tran– quilidad, y dirigido por los Reverendos Padres J esuítas, que son tan excelentes y tan llenos de celo. Roma tiene un clima muy suave, y hemos pasado el· invierno, que en otras partes de Euro– pa es tan riguroso, casi sin sentirlo. Por todas (f) Pbro. Enrique María Dubuc, en carta a César Hernández.~-Ho– ma, noviembre 7, 1913. -112-
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