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"De Venezuela -escribe el P. Dubuc a César Hernández- tan sólo yo existía en el Colegio, Y jamás pude imaginarme que la colonia venezola– na se aumentara con uno de los hijos más precla– ros de mi Patria". Y del P. Dubuc escribe JOSE GREGORIO a su her– mano: "El P. Dubuc te manda un saludo cariñoso; él ha sido tan amable conmigo y me ha ayudado a sobrellevar la pena de la separación de la fami– lia". Pocos datos tenemos de su estancia en el Pío Latino, si no son los de la carta del P. Dubuc en la que dice: "Me mueve a escribirle el hecho, para mí tan gratamente impresionable, del ingreso del Dr. José Gregario en este Colegio en donde lo hemos recibido con cariño, y en donde paso yo horas fe– lices al lado de tan ilustre compatriota ... El Dr. Hernández lleva la vida de Colegio con una naturalidad y una humildad edificantísimas. Y o me abismo de admiración al verlo confundido entre nosotros como cualquier simple e insignifi– cante alumno, procurando siempre ocultar todo el caudal de sus merecimientos, y rechazando con finísima educación y humildad cualesquiera aten– ciones que nosotros le dispensamos, y de las que él es muy merecedor. Los alumnos ignoraban quién era el Dr. Her– nández, y cuando me han oído hacerles una des– cripción breve y superficial (por lo insuficiente que soy para el caso) de los méritos del Dr. Her– nández y del gran prestigio científico y católico de que goza en mi Patria, se han quedado estu– pefactos, y sin explicarse humanamente la reso– lución del Dr. José Gregario. Con todo esto, sin embargo, siempre sigo afirmando lo que al prin- -141-