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2.-Por eso, al sentirse humillado por su salida de la 'Cartuja, ideó, en el viaje de vuelta, la manera de encon– trar una nueva puerta por la que pudiera entrar en su querida Cartuja con más seguridad. El 21 de abril de 1909, desembarcó en La Guaira. Una vez allí, escribe a -su hermano, antes de subir a la Ciudad, quedando, mien– tras tanto en La Guaira, esperando la contestación. La ,carta decía así: "La Guaira, abril 21 de 1909. Mi querido César: A fines del mes pasado, el Superior de los Car– tujos me dijo que yo no podía entrar en la Orden, porque yo no tenía vocación para la vida contem– plativa, que mi vocación era para la vida activa; que entrara en la Orden de los J esuítas o que me hiciera sacerdote secular. Entonces me vine y le he escrito al Sr. Arzo– bispo a ver si me recibe en el Seminario. Así es que te ruego que al recibir ésta trates de hablar eon él para saber lo que él haya resuelto. En el caso de que convenga en recibirme en el Semina– rio te ruego que me arregles en él el cuarto -.J.Ue me destinen de la manera siguiente: .... Inmediatamente que todo esté listo, me es– cribes a La Guaira, para entonces subir yo a Ca– racas y tener yo el gusto de verlos de nuevo. Cariños a todos. Tu hermano que te abraza : José G. Hernández". En un suelto del mismo mes, del periódico "La Religión", se nos presenta en el Seminario de Caracas, con el intento .de hacerse sacerdote. Dice así: 3.-"He aquí uno de los hombres que necesitamos: un hombre él.e Dios. Edificante fué su vida de se– glar: a las seis de la mañana en Las Mercedes, en la misa, en la comunión, en la meditación pro- -127-
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