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en sus más tiernos años quiso sacarla del horrible mundo y guardársela para El solo. Ya tú comprenderás por qué no les escribo a todos, como hubiera sido mi deseo, pero es que en mi Orden nosotros vivimos de la soledad, del silencio y del alejamiento de las criaturas, aún de las que nos tocan más de cerca, y así nos está prohibido tener mucha correspondencia; pero eso no importa, porque nos es muy fácil reunirnos cada vez que queramos dentro del Sacratísimo Corazón de Jesús . Como verás por la firma, mi nombre me ha sido cambiado por el de Marcelo, según se acos– tumbra en las Ordenes Religiosas. Al pie de esta cartita le pongo unas letras a mi hermana. De nuevo se la encargo mucho a todos y principalmente a tí; que no le falte nunca el cariño y respeto de sus sobrinos. Un abrazo ... f. Marcelo Hernández, N. Cartujo" (i) 12. - Pero todos aquellos ideales y aquella belleza se habían de ver pronto desvanecidos como una espuma, por voluntad de Dios que quería robustecer con el dolor el alma de JOSE GREGORIO, siempre fuerte ante todas las ad– versidades . 13. - Mejor que nuestra pluma ha de describir la vida de JOSE GREGORIO la de sus compañeros en la Cartuja de Farneta. Cuando en 1949 se introdujo la Causa de su Beatificación en el Arzobispado de Caracas, se pidieron datos a la Cartuja, para que aquellos que conocieren al Siervo de Dios dieran testimonios de sus recuerdos. He aquí los recuerdos de algunos de sus connovicios y hermanos en el encierro de la Cartuja de Farneta: "Puedo asegurar, -escribe fr. Theophile Gi– not- ... que era un buen hermano, piadoso, sen- ( i) Carta de Don fr. Marcelo Henández, Novicio Cartujo. - En HOMENAJES, pág. 151. -115-

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