BCCCAP00000000000000000000964
Como tenía proyectado su viaJe a Italia para entrar a la Cartuja de San Bruno, a menudo nuestras conversaciones versaban sobre ese tema, y buscábamos en el mapa el punto donde estu– viese ubicada la ciudad de Farneta, no habiéndola podido localizar, por no figurar en el mapa, pues es una pequeñísima parroquia cerca de Lucca. Cuando regresó de Italia, estaba yo en el Apure. Al saberlo en el país, me apresuré a es– cribirle saludándolo, y él me contestó una cartica (que conservo como una reliquia) muy amable como siempre y llena de unción cristiana, exhor– tándome a oír misa todos los domingos y ser devoto de la Sma. Virgen, y que recordara nues– tras conversaciones de antes, es decir, ser piadoso. Cuando vine a Caracas, lo fuí a visitar, y lo encontré sentado al piano cantando salmos reli– giosos. Después, no lo ví más. Habiéndome en– fermado fuerte, siendo esos días el fatídico ac– cidente que le tronchó la vida ... Blas Pappaterra L. (d). Con el título sugestivo de FRAY MARCELO, apare– eit•ron publicaciones en las que se exaltaba la figura he– l'Oica del valiente compatriota. Una de estas publicaciones dticía: "Caracas se ha conmovido ante un aconteci– miento insólito, de sublimidad deslumbrante, pro– ducido en su seno. El Dr. José Gregorio Hernández nos ha aban– donado de repente para ir a sepultarse en la sole– dad y,: el silencio de una Cartuja. ¿ Qué ha pasado en esa alma cuya belleza moral y religiosa era encanto y orgullo de nuestra so- (d) Archivo de la Postulación de la Causa de Beatificación. :-S,·,·ciú11 PpiHtolar.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz