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del convento no consistía sino en celdas muy pe– queñas. Más tarde, la arquitectura de estos mo– nasterios se modificó un tanto. Una puerta única da acceso al recinto del monasterio, rodeado por una alta y espesa muralla, protegida por torres de observación, y capaz de sostener un sitio ( *). Franqueada la puerta, se penetra en un vasto pa– tio que da acceso a la habitación del prior, la casa de los peregrinos, la iglesia, los establos, las gran– jas, el palomar y el horno. Cerca de la iglesia está la sala capitular y un pequeño claustro interior; un segundo claustro de gran extensión, en forma de corredor en cuadro, se encuentra en la segunda parte del edificio; a su alrededor están las celdas de los monjes, que forman, cada una, una pequeña habitación separada, con jardín particular. Estas celdas se abren en la galería del claustro, y están provistas de un torno en el que un hermano depo– sita el escaso alimento destinado al recluído. La habitación se compone de una pieza que sirve de taller, un dormitorio, cuyos muebles son una mesa, un banco y un armario, un pequeño corredor abier– to, con los servicios, y una bohardilla. . . (b) El hábito de los monjes profesos consiste en una co– gulla de sarga blanca, con escapulario unido con cintas a los lados, y capilla adherida, encima del hábito de estameña, sencillo. El de los novicios es una especie de escapulario blanco que desciende hasta las rodillas con la cogulla; para el coro y otros actos de comunidad tienen un manto negro que cubre el hábito por completo. Los postulantes usan el mismo traje que llevaron del siglo, y para asistir al coro y a la comunidad, usan también el manto negro de los novicios. :t - Este era el marco donde quería el Dr. HERNAN- 1 > EZ encuadrar su vida para servir a Dios. Ya desde ahora (") Recuérdese que atravesaba Europa la época feudal. (h) Citado por el Doctor E. Hernández Briceño en HOME– NA.m8, púg-. llO.
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