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DR. JOSE GREGORIO HERNANDEZ 93 tratamiento de nuestras pirexias (7). La memoria empero es impotente para traer a colación cuantos por su nombradía mel'ecieran ser mentados, y que están hoy dispersos por los ámbitos de la República y aun en el exterior. Hernández su– po alargar, en utilidad de la Ciencia y honor de la Patria, el radio de su acción, formando una compañía de brillantes colaboradores a fin de que el bien no cesase con él. Por su carácter, por su saber, por sus ejemplos, por sus virtudes, por la índole de sus investigaciones, por su posición cristiana, por su actuación entera en el proceso evolutivo de la Medicina nacional, se le puede titular el Pasteur de Vene– zuela, que, con clara visión y basado en los hechos, trajo, no paulatinamente sino casi de súbito, el progreso científico, mediante el triple poder de un equilibrio mental observador, de un genio adivinante, de una mano activa y ejecutora. (7) De una sentida necrología suya titulada "La Ultima Lección del Maestro", son los siguientes párrafos: "El sábado 28 de j;_¡nio de 1919, n las tres de la tarde, con su acostumbrada precisión cronométrica, entró "1 doctor Hernández en el salón de clases de su cátedra. Terminaba la práctica a cargo del Preparador. La lección de Bacteriología versó sobre o! bacilo de Hansen. El maestro disertó sobre la morfología, coloración, cultivos, inoculaciones, etc. etc. del microbio de la lepra. Como siempre, onseñó a sus discípulos la última palabra de la ciencia, y terminó su ,·Jase hablando rápidamente de las formas clínicas principales de la onfermedad. Anunció cuál sería la clase próxima y dijo: " .. hablaremos ,le! coco-bacilo de Pfeiffer". . No sabía el maestro que sus discípulos 110 le oirían más. En la última lección pude apreciar todavía que el doc– l<ir Hernández no había modificado su plan de enseñanza, que ha for- 111ndo los colaboradores del tesoro científico nacional. Fuí durante más ,1,, cuatro años su preparador, y en ese tiempo me convencí de que .el ,loctor Hernández era el hombre más severo, más justo y más bueno que– l1" conocido. Maestro, descansa en paz 1"