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90 DR. J. M. NUÑEZ .PONTE Acabamos de decir que Hernández estaba organizando su texto de Embriología. Por lo poco que dejó escrito, se com– prende cuán importante había de ser dicho texto y cómo tuvo razón Carbonell al decir de su maestro que era de sabiduría experimental, de aquéllos que estudian la Biología en el pro– pio centro de las ciencias biológicas. El fragmento que pone– mos a continuación, tomado de los Prolegómenos, hará ver al biólogo - filósofo, y su lenguaje es irreprensible para el más excelente sico-fisiólogo: "Aunque la Embriología es una ciencia morfológica y pro– piamente un ramo de la Anatomía, no por eso deja de ser una ciencia auxiliar importantísima para la Fisiología; y aun podemos decir que en aquélla se ventilan mejor los grandes problemas de la Fisiología, y la razón es porque en la Em– briología podemos asistir, por decirlo así, a la aparición de la función y en su sencillez original podemos apreciar y com– prender mejor su mecanismo. "Toda función, ha dicho Claudia Bernard, por complicada que parezca, puede reducirse en último análisis a un simple acto físico-químico . "La Embriología nos confirma la veracidad de esta pro– posición, porque ella nos descubre en su simplicidad elemen– tal, en su desnudez primitiva, el acto físico-químico productor de toda función embriológica; pero al propio tiempo nos des– cubre y nos demuestra de una manera evidente la existencia del principio vital. "En efecto, si estudiamos un embrión vivo al microscopio, observamos que al aumentar la temperatura de la platina ca– lentante, la circulación se acelera, para de esta manera au– mentar la irradiación y librarse del exceso de calórico; si la dejamos enfriar se nota el fenómeno inverso: lentitud de la circulación y disminución consiguiente de la irradiación. Si

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