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. ,, DR. JOSE GREGORIO HERNANDEZ 85 Fisiología, constituyen verdaderos textos que ordenados en lecciones, conforme al método que conocemos sus discípulos, harían honor a la Facultad Médica que trabajaba en la Uni– versidad Central". ¿Será, pues, escaso el haber de Hernández? ¿No valdrá gran cosa la misión de haber, con la introducción de la Bio– logía Experimental, purificado el ambiente de la Medicina del dejo de rutinero empirismo que aún la obscurecía, encauzá– dola por caminos muy otros y más varios, dádole una fisono– mía propia, que es hoy honra de la Patria? ¿Ni valdrá tam– poco haberles dado impulso pujantísimo a los anhelos de la sedienta juventud, de la cual se podría formar toda una le– gión, colocando a la cabeza al antedicho Rangel, oriundo también del Distrito Betijoque, y tan acucioso, tan original cuanto tristemente malogrado? Entre los trabajos publicados de él, "hermosos capítulos de ci~ncia alta y profunda, legados a la cultura nacional". como los llamó el doctor Razetti (5), mencionaremos sus es- 1 udios: Sobre la angina de pecho de origen palúdico; Sobre el número de glóbulos rojos; De la nefritis en la fiebre ama– rilla; Lesiones anatomo-patológicas de la pulmonía simple o crupal: se publicó en la Gaceta Médica, 30 de setiembre de 1 q IO; Estudio sobre la anatomía patológica de la fiebre ama– rilla: presentado en sesión ordinaria de la Academia de Me– el ir:ina el 1 º de marzo de 1912 en colaboración con su ilustre cli:;cípulo doctor Felipe Guevara Rojas, fundador que fué de le I cátedra de Anatomía Patológica; De la bilharziosis en Ca– racas; Tratamiento de la Tuberculosis pulmonar por medio (5) Discurso en el Cementerio.