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DR. JOSE GREGORIO HERNANDEZ 83 también Rangel: "Grande fué nuestra sorpresa al encontrar en los frotis de sangre y linfa, los más puros que pudimos recoger de aquellos elementos ya alterados, la bacteridia car– bonosa clásica, tal como la describen los autores y como la habíamos visto en las lecciones prácticas del doctor José Gre– gario Hernández; de 5 a 7 micromilímetros de largo, por 1 a 1 ½ de ancho, un poco más gruesa en las extremidades que en el centro, envuelta en una membrana hialina a las extremidades, con su línea de sección sinuosa o quebrada, característica según Koch del bacilo de Davaine". Y a breves líneas añade: "Nosotros después de haber consultado con nuestro maestro el doctor José Gregario Her– nández, nos h(i)mos estado ejercitando en la exaltación y ate– nuación de las bacteridias muertas por medio de los méto– dos conocidos: calor, acción de los antisépticos, etc. etc.". Durante varios años, fué Rafael Rangel, el preparadol' de los Trabajos prácticos en las cátedras de Histología, Bac– teriología y Fisiología Experimental, donde bajo la dirección personal de José Gregario Hernández, se adiestró para la ex– perimentación y adquirió aquella competencia que lo llevó más tarde a fundar los estudios de Parasitología Nacional. Ya vemos cómo en 1906, cuando se encontraba en plena evo– lución ascendente, Rangel según la declaración que precede, consultaba a su maestro el doctor Hernández y se ejercitaba y seguía con humildad de sabio, las directivas de aquél, en In exaltación y atenuación de las bacteridias carbonosas y •~n otras técnicas modernas que a él le dieron fama, y lus- 1 re y renombre a la patria. Nuestro carísimo discípulo, Dr. Jesús Rafael Rísquez en ::ii Lección inaugural del curso de Bacteriología y Parasito- 1, iqía de 1925, atestiguaba: "Hernández y sus discípulos pene- 1 rnron por todos los senderos trillados por los especialistas

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