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CAPITULO III Harmonía de la Ciencia y la Fe. - La fundación del Hospi– tal Vargas. - Hemández en Europa. - Un gran profesor. - Su actuación científica. - Nuevos rumbos de la Medicina Nacional. - El Pasteur venezolano. Si JOSE GREGORIO HERNANDEZ es el hombre de la piedad, de la oración y de la fe, no es menos el hombre de la investigación, del experimentalismo y de la ciencia. .::,1 busca el recogimiento del Santuario, la tranquila humildad, la modestia callada, es asiduo igualmente al escudriño del laboratorio, a la paz actuosa del trabajo científico: y no le será posible rehuír la admiración de sus contemporáneos ni despreciar los verdes acantos que ciñen el mérito del ver– dadero sabio. HERNANDEZ ha sido prueba convincente, irrefragable, de la feliz influencia de la fe católica sobre la inteligencia humana como fautora del movimiento cultural y científico; de cómo aquélla, en abriendo la vía más recta para contem– plar los fulgores indefectibles de la luz increada, no extin– gue ni amortece siquiera los rayos con que el entendimienio alumbra, explora y vivifica el mundo de la materia. Uno mismo es el Dios de la razón y el de la fe. La revelación y la naturaleza son ambas palabra suya, dice Kurtz, y deben c,star siempre de acuerdo. No hay por qué sacrificar la una n la otra, pues tanto una como otra son la verdad; sino su