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240 DR. .T. M. NUÑEZ PONTE que miles de hombres no estuvieron animados sino de un solo propósito: la pleitesía a la virtud cristiana, a la santa abnegación, al heroísmo de la vida. Vox populi, voz Dei! Respetemos los nobles impulsos del pueblo; alabemos y de– mos gracias a Dios, que es lo que nos toca, por haber hecho resplandecer su gloria y su bondad en la persona inmacu– lada y santa de JOSE GREGORIO HERNANDEZ; y pidámosle envíe a Venezuela otros ejemplares como él, que honorifi– quen la Ciencia, la Patria y la Religión, y no dejen hundirse en el vacío la penetrante interrogación de Horacio: Quando ullum invenient parem? Las diligencias y expedientes iniciales para el proceso postulatorio de beatificación, tocáronles a los testigos más cercanos y abonados de la puntualísima religiosidad del doc– tor Hernández, los RR. PP. Capuchinos, mediante la anuen– cia y esmerada dirección del tan llorado piadoso arzobispo Monseñor Lucas Guillermo Castillo. Y a medida que el deseo, el anhelo popular y social, ha venido adquiriendo carácter crecedero de fervorosa devoción y unánime solidaridad, no ya en privado sino en demostración pública constante, home– naje espontáneo de piedad de las multitudes en torno a la tumba del ilustre y caritativo médico, Siervo de Dios, ni un momento ha dejado de sentirse la alentadora solicitud pater– nal del actual arzobispo, Excelentísimo Monseñor Dr. Rafael Arias Blanco, quien luego de constituír un Tribunal ad hoc para las audiencias y declaraciones testimoniales, mueve y encauza con actividad suma todos los resortes convenientes, de acuerdo con las sabias normas y prácticas canónicas, a fin de dirigir a los fieles en sus votos y, a la vez, hacer bri– llar y acatar tanto la autoridad como los beneficios de nues– tra Santa Madre IglesiCI El mismo, en su viaje a Roma, ha