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16 TESTIMONIOS más avanzadas, y los principios inmutables, ,eternos del dogma cató-– lico. Los trabajos literarios y científicos del doctor Hernández con– firman las palabras de Zahm: "nada pierde la intelectualidad con la fe, ni con las obras más fervorosas de la piedad cristiana". Creo firmemente que la 1-ectura de la Vida del doctor Hcrnán– dez, y la consideración de sus altos ejemplos de santidad, de sabidu– ría y de civismo, han de ser muy provechosos para toda clase de– personas, y en ,especial para la inteligente y gallarda juventud de nuestra Patria. Como trujillano, tengo motivos singulares para felicital'lo por su hermosa obra, que levanta al lado de Cristóbal Mendoza, del Padre– Rosario y de Ricardo Labastida, la figura conspicua, espiritual y bri· llante del doctor José Gregorio Hernández. Como si•empre quedo de usted, señor doctor, afmo. amigo y ca-– pellán, t MIGUEL ANTONIO Obispo de Guayana. Caracas: 20 de marzo de 1924. Señor doctor J. M. Núñez Ponte, etc., etc. S.M. Mi distinguido y honorable amigo : Su libro sobre la vida d,el doctor Hernández, cuya interesantísi-– ma lectura se dignó usted encomendarme, a los fines de mi humildí– ,ima opinión, me ha hecho la misma impresión que su libro "La Cas– tidad", tan eruditamente interpretado y tan sabiamente com,entado por usted! El uno y el otro me parecen dos obras sencillamente providen– ciales; pues no solamente les servirán a las generaciones que nos si– guen de guías muy fieles y de faros muy luminosos, en medio de los escollos y sirtes de la vida moderna, que todo lo avasalla para el sen– sualismo y todo lo quiere transformar en combustible para las pasio-– nes, sino que también la "Vida del Dr. Hernández", tan brillantemen--

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