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13 Una arquitectura de huesos porasen en sus espacios arquitectónicos a los huesos humanos, una suerte de edifi- cios-cuerpo o edificios-vanitas “concebidos para que el visitante meditara sobre la fuga- cidad de la vida y sobre el triunfo inevitable de la muerte”. 5 Quizá uno de los primeros ejemplos de la utilización decorativa y mo- ralista de los huesos dentro de espacios re- ligiosos fue el osario de Sedlec, ubicado en la iglesia de Todos los Santos, en la actual República checa. Después de la peste negra que invadió a Europa durante el siglo XIV y de la mortandad que aún imperaba a prin- cipios del XV , debida principalmente a las guerras político-religiosas entre el empera- dor Segismundo y wycliffityas y huisitas, el cementerio de Sedlec resultó pequeño. En 1400 se decidió ampliar la iglesia, con lo cual las obras llegaron hasta donde se en- contraba el cementerio. Surgió entonces la idea de utilizar los huesos extraídos como arte decorativo y se determinó que los hue- sos exhumados formaran parte de la arqui- tectura de la capilla, dejando así sitio para nuevos entierros. 6 Caso similar fue el de la iglesia de Santa María de la Oración y la Muerte, ubicada en Roma, construida hacia 1573 –aunque reconstruida durante el siglo XVIII debido a que diferentes desastres naturales daña- ron su primera arquitectura–, y que per- teneciera a la Archicofradía de la Oración y la Muerte, cuya principal ocupación era dar sepultura a los muertos anónimos del Río Tíber, por lo que, con el paso de los años, la cripta subterránea se convirtió en una especie de escaparate con más de ocho mil cadáveres, algunos de los cuales aún se conservan. 7 Otro caso interesante se en- cuentra en Portugal, en un espacio religio- so construido en el siglo XVII , después de la muerte de más de un millar de personas debido a una explosión: la Capela dos Os- sos de la iglesia de San Francisco de Évo- ra, que forma parte también de lo que el teórico español Juan Antonio Ramírez ha llamado arquitectura de huesos. Una de las particularidades de esta capilla es la famo- sa sentencia de bienvenida a sus visitantes: Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos. 8 No obstante, en todos estos ejemplos la inserción de los huesos humanos en la ar- quitectura es circunstancial, pues ha sido producto de calamidades humanas que azotaron a sus poblaciones, o bien de las modificaciones que sufrieron cada uno de sus edificios. En cambio, existe un caso en Occidente en donde la inserción de huesos en sus espacios arquitectónicos se lleva a cabo por cuestiones programáticas: la Or- den Capuchina, fundada en 1528 a partir de una reforma de los Franciscanos de la Observancia, 9 heredera de aquellas prácti- 5 Juan Antonio Ramirez, Edificios-cuerpos , Siruela, Madrid, 2003, p. 55. 6 Christine Quigley, Skulls and skeletons. Human bone collections and accumulations , McFarland & Company Publishers, Carolina del Norte, 2001, p. 177. 7 Una historia detallada de esta iglesia y su relación con los patronazgos italianos se encuentra en Arnold A. Witte, The artfull hermitage . The Palazzetto Farnese as a Counter-reformation diaeta , L’Erma di Bretschneider, Roma, 2008, pp. 151-160. 8 La traducción es “Nosotros, huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”. Véase Christine Quigley, op. cit ., pp. 171-172. 9 Fue iniciada en 1528 por fray Mateo de Bascio y por los hermanos Ludovico di Fossombrone y Rafaele di Fossombrone, en compañía de otros franciscanos, dedicándose tanto a la vida contemplativa y al estudio, como al cuidado de sus parroquias. El 3 de julio de 1528, Clemente VII les concedió la bula Religionis zelus , que marca el nacimiento de la familia Capuchina. Entre otras cuestiones, el papa les concedió vestir el hábito con capucho piramidal y llevar barba, como signo de pobreza, sencillez y austeridad.

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