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19 Una arquitectura de huesos Según algunas fuentes, 27 las primeras referencias sobre la momificación artificial realizada por los capuchinos se encuentran en la Vida de fray Bernardo da Carbone, escrita por Benedetto Sambenedetti hacia finales del siglo XVII . El convento de Paler- mo ofrece actualmente a los turistas una visita guiada en la que existen dos atrac- ciones interesantes: las momias de fray Sil- vestre da Gubbio –es la más antigua que se conserva, pues el fraile murió en 1599– y de la niña Rosalía Lombardo –fallecida, a los dos años de edad, en 1920. La momia de Rosalía tiene la fama de ser una de las mejores conservadas del mundo, debido a los descubrimientos y la aplicación que de ellos hizo el médico y embalsamador Alfre- do Salafia 28 en el cadáver de la pequeña. Menos conocidas, principalmente por su deplorable estado actual, son las momifica- ciones capuchinas del convento de Burgio, provincia siciliana de Agrigento. Los frailes llegaron a la zona en 1580 y se establecie- ron en una pequeña ermita. Sin embargo, esta primitiva construcción estaba muy ale- jada de los poblados circundantes, por lo que en 1634 los frailes cambiaron de edifi- cio, el cual se terminó hacia 1647. El cementerio común del convento, dis- puesto en forma de capilla, contaba con sarcófagos horizontales, adornados con diferentes motivos y, con el paso del tiem- po, con cadáveres momificados. La causa del mal estado de conservación tanto del convento como de los cadáveres momifica- dos se debe a que, con la supresión de las corporaciones religiosas italianas en 1866, el convento quedó abandonado. Para Um- berto di Cristina, especialista en la historia de este convento y promotor de su restau- ración, no hay indicios que aseguren la existencia de algún tratado capuchino so- bre momificación (al contrario de lo que se ha difundido, especialmente para el caso de Palermo) porque: La practica della mummificazione dei cadaveri ha origine assolutamente incerta. Essa nasce probabilmente nella seconda metà del XVII secolo e si svilu- ppò nel XVIII secolo quando le leggi sul seppellimento dei cadaveri imponevano che le sepolture non fossero più fatte dentro le chiese ma fuori dai centri abi- tati a non meno di un miglio di distanza da essi. 29 27 David E Sentinella, Op. cit ., p. 222 y José Manuel Reverte Coma, “La cripta de las momias de los capuchinos de Palermo” en Museo de Antropología Médico-Forense, Paleopatología y Criminalística , ucm / cam / Fundación once , sin paginar. [Disponible en: http://www.gorgas.gob.pa/museoafc/loscriminales/funerarias/momias%20palermo.html , úl- tima consulta: octubre 2010]. Cabe destacar que estas dos fuentes aseguran la existencia de una Vida de fray Bernardo de Carbone [sic], pero no ofrecen datos sobre la edición y la ubicación de la misma y hasta ahora, nosotros no hemos hallado alguna referencia sobre esta obra. Y es que existe un error en el título de la obra, pues la referencia exacta sería Vita del venerable Servo di Dio Fr. Bernardo da Corleone […], Palermo, 1690, según Antonio Gaziano, et. al.,, La dimora delle anime: i Cappuccini nel Val di Mazara e il convento di Burgio, Agrigento, Officina di Studi Medievali, Palermo, 2007, p. 89, nota 9. Sin embargo, la obra no es un tratado de momificación, sólo se menciona la existencia de momias en conventos capuchinos. 28 Existe un manuscrito de Salafia titulado Nuovo método speciale per la conservazione del cadavere umano intero allo stato permanentemente freso . Véase Antonio Gaziano, et. al., Op. cit., p. 90, nota 21. 29 Umberto di Cristina, Op. cit., p. 92. La práctica de la momificación de las salmas tiene un origen com- pletamente incierto/./ Probablemente remonta a la segunda mitad del siglo xvii y se desarrolló en el siglo xviii , cuando las leyes sobre los entierros de los muertos obligaban a que las sepulturas ya no ocurrieran adentro de las iglesias, sino afuera de los pueblos, y alejadas como mínimo una milla . Traducción Giorgio Emilio Da Vero

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