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LOS CAPUCHINOS EN EL VlSO DEL MARQUÉS! UNA REVISIÓN HISTORIOGRÁFICA. Finalmente, no es cos a pequeña el considerar que la facción franciscana de los observantes rigió casi monopólicamente la política -principalmente castella– na- desde la época de los Reye s Católicos hasta la muerte de Felipe I I. 3. PARADIGMAS DE UNA ÉPOCA: EL V I SO DELMARQUÉS Y BARCELONA. Teniendo en cuenta el ambiente hostil que presentó la Corona española sobre la entrada de la reforma capuchina en territorio ibérico, nos concentrare– mos ahora en la fundación capuchina pionera en España. Sobr e la fecha de la primera fundación ibérica y el primer impulsor de la orden en España caben al– gunas anotaciones. En un reciente estudio sobre la orden capuchina en Zarago– za, Tarsicio de Azcona apunta: "Este primer intento de los capuchinos defundar en Zaragoza entre 1478-1482 fracasó; pero es seguro que se dieron a conocer en aquella ciudad, la metrópolis más importante de todo el norte de España, a excepción de Barcelona. Parece que su estancia en Zaragoza no fue de paso, sino que se detuvieron durante al– gún tiempo, ya que estuvieron decididos a conseguir su establecimiento en la misma. No llegamos a documentar detalles singulares, por ejemplo, el de su ha– bitación y subsistencia; pero éstos no eran problemas para aquellos paupérri– mos religiosos, que al estilo de los primeros tiempos se acogían a lazaretos, hos– pitales y lugares asistenciales, mendigaban por las casas y se relacionaban lo mismo con personas de clases sociales elevadas que con el pueblo llano. Puede considerarse este primer intento como el atrio de la fundación definitiva tres lustros más tarde" 35 . Por obvias razones de cronología, los capuchinos no existían en esa s fe– chas . Si el autor confundió a los capuchinos con los descalzo s o alcantarinos, también cae en un problema cronológico, ya que éstos fueron fundados y reco– nocidos hasta 1496 cuando obtuvieron bula de Alejandro V I, aunque la asevera – ción que hac e sobre la fundación de tos capuchinos tres lustros después, sí con– cuerda con la reforma de los alcantarinos. Sobr e la segunda anotación, aunque no nos queda duda que don Alvaro de Bazán fue el primer impulsor de la construcción de un convento de capuchi– nos en España, precisamos aclarar algunos problemas historiográficos al respec – to. El padre Sixto de Pisa , editó en 1931 una crónica inédita titulada Crónica ge– neral de la Orden Capuchina, desde sus orígenes hasta finales del siglo XVI, atribuida al capuchino Rufino da Siena , donde se apunta otro personaje. Según el estudio de est a edición, el padre Basilio de Rubí afirma que 35 AZCONA, T. de, La fundación de los Capuchinos en Zaragoza (1598-1607), Zaragoza, 2005 , p. 16. REVISTA CAMPO DE CALATRAVA N° 8 (2010 ) 81

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