BCCCAP00000000000000000000959

ANEL HERNÁNDE Z SOTEL: ma que representó para la Orden la apostasía de Bernardino de Ochino, acaeci – da a mediados del siglo XVI 3 2 . Como hemos dicho, Felipe I I siguió la misma política hermética de su pa– dre, es más, endureció las medidas en contra de cualquier brote herético dentro de sus dominios. Incluso, su lucha contra la herejía lo empujó a un polémico en- frentamiento contra Pío IV, fruto de los términos en que se convocó al tercer pe– riodo del Concilio de Trento 33 . Sin embargo, y muy a pesa r de la religiosidad fi– lipina, era necesari o el contacto con los hereje s ingleses y holandeses para in– yectar fluidez a la política económica del reino. Así, en ciertos momentos, tanto el rey, como el Consejo de Castilla y el Tribunal del Sant o Oficio, tuvieron que atenuar sus medidas represoras 34 . 31 CIURANA VIGUER, J.V.: Fundación y fundadores de la Provincia Capuchina de la Preciosísima Sangre de Cristo de Va– lencia, Valencia, 1996, pp. 18-24 . Los acontecimientos que reseña el autor los periodiza entre los años de 1568 y 1611. Es importante señalar que las opiniones sobre Ribera no son unánimes. Sobr e el misticismo valenciano puede le– erse ANDRÉS, M .: Historia de la mística de la Edad de oro en España y en América, Madrid, 1994, pp. 444-466 . 32 Vicario General de la Orden de capuchinos de 1538 a 1542. El cas o de est e personaje merec e un estudio aparte Bast e señalar algunos episodios de su vida que lo hacen ver, a los ojos de la comunidad capuchina, como "la ma– yor calamidad de cuantas habían caído sobre los capuchinos". Bernardino Tommassini (1487-1564), llamado Ochino por ha– ber nacido en el sienes barrio de la Oca. Hijo de un barbero llamado Dominico, en 1503 Bernardino entró en la orden Fran– ciscana de los frailes de la Observancia, de la cual llegó a ser su Vicario General. En 1510 estudió medicina en Perugia. £*: 1534 ingresó en la recién fundada orden de los Capuchinos, de la que fue elegido Vicario General en 1538. Fue el más famas-: predicador italiano de su época. De 1534 a 1542 fue solicitado para pronunciar sermones durante la Cuaresma en muchas ciu– dades italianas. De su prédica se decía, entre otras cosas, que podía "hacer llorar hasta a las piedras". En est a época se inte– resa por las doctrinas de Lutero y Melanchthon. En 1536 conoc e en Ñapóles al humanista español Juan de Valdés en cuya cas a se reunía una tertulia literaria y religiosa donde participaban entre otros los humanistas Vittoria Co– lorína el que fuera secretario del Papa Clemente VII: Pietro Carnesecchi. En 1542 es acusado por la Inquisición de utilizar expresiones heréticas en los sermones de la Cuaresma en Venecia. Se le prohibe predicar y es citado a Ro– ma. Antes de ir a Roma se entrevista en Bolonia con el cardenal Gasparo Contarini y con Pete r Martire en Floren– cia. Después huye a Suiza en agosto de 1542 y posteriormente vivió en Ginebra durante tres años donde predicó a la pequeña comunidad italiana y se dedicó a escribir. Publicó en italiano siete volúmenes de sermones y ensayo s teológicos. En 1545, con una recomendación de Calvino a Myconius, se mudó a Basilea . En Augsburgo obtuvo un empleo fijo como predicador de los extranjeros. En est a ciudad estab a ya casado , aunque se ignora cuando y don– de se casó. Después de la Batalla de Mühlberg (1547 ) y la derrota de la Liga de Esmalcalda, el emperador Carlos Y reclamó la entrega de Ochino, quien huyó con la ayuda de las autoridades locales a Zurich, y de aquí a Inglaterra. En Londres vivió hasta 1554 predicando a los comerciantes y refugiados evangélicos italianos recibiendo un sala– rio del rey Eduardo VI. Tuvo que abandonar Inglaterra durante la persecución de María Tudor contra los anglica- nos. Se instaló en Zurich siendo pastor de una comunidad de italianos. Aquí escribió un catecismo para su comu– nidad, y dos obras: Laberintos y Treinta Diálogos. Fue acusado de defender la poligamia en uno de dichos diálogos y de ser tibio defendiendo la Trinidad, perdiendo su empleo y teniendo que abandonar la ciudad. Fue a Basile a de donde fue también expulsado y de allí a Núremberg, instalándose finalmente en Polonia. Expulsado de Polonia en 1564, en Pinczow a caus a de la pest e perdió a tres de sus hijos y el mismo cayó enfermo, muriendo unas semana s después en Austerlitz, Moravia. Sus últimas palabras conocidas fueron: "Yo no he querido ser seguidor de Bullinger. ni calvinista, ni papista, sólo ser cristiano". Entre sus obras destacan: Nueve sermones, Venecia 1539; Siete Diálogos, Ve- necia 1541; Prediche, Ginebra, 1542-1544 ; Una Tragedia o Diálogo sobre la Primacía injusta y usurpada del Obispo de Ro– ma, Londres, 1549; Laberintos, Basilea , 1561 y Treinta diálogos, Basilea , 1563. 33 GARCÍA CUELLAR, F.: "Política de Felipe II en torno a la convocación de la tercera etapa del Concilio Tridenti- no", Hispania Sacra, 1963, pp. 25-60 . Es interesante también la aportación al respecto de REDE R GADOW, M . : "Fe– lipe II, Trento y la Diócesis de Málaga", Hispania Sacra, 52 (2000) , pp. 389- 401. 34 ROLDAN PAZ, L.: "Política versus Religión. Interese s enfrentados alrededor de la presencia extranjera en la Es– paña del Antiguo Régimen (Málaga, siglo XVII)", Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 28, 2006 , pp. 503-524 . Es interesante señalar que la autora presenta, al contrario de lo expuesto por Ciurana, al arzobispo Rivera como un personaje preocupado por la convivencia de la sociedad malagueña con los ingleses debido a los intercambios eco – nómicos de la zona. 80 REVISTA C AM PO D E C A L A T R A VA N " 8 (2010 )

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz