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LAS BARBAS CAPUCHINAS: PODER, MONSTRUOSIDAD E HIPOCRESÍA ... 375 a tener dimensiones desorbitadas, tanto que las personas que las portaban era incapaces de ponerlas y quitarlas por ellas mismas. Una de las preocupaciones principales del conde duque de Olivares, valido de Felipe IV, fue justamente la reformación en la extravagancia de los vestidos españoles pues, desde su óptica, el creciente deterioro del poderío monárquico se debía, entre otras cosas, a la ociosidad de la sociedad española y los gastos excesivos que ésta hacía en la adquisición de vestidos y complementos sun- tuosos. En 1621 se instituyó entonces la Junta Grande de Reformación, cuya labor era realizar jurídicamente las ordenanzas conocidas como los Capítulos de Reformación que fueron publicados dos años después", En relación con la vestimenta, en los Capítulos 7 se prohibieron las bordaduras de oro tanto en vestidos como en ajuares [a excepción de los objetos de culto y de caballería], el uso de telas importadas y se exhortó a que los cuellos extravagantes se cam- biaran por «valonas llanas, y sin invencionx". Por las mismas fechas, también se decretó «que ningun hombre ni muger pudiera ser abridor de cuellos, so pena de verguenza [sic] pública y destierron". La cultura del afeite, entendido en su doble acepción como «el aderezo que se pone a una cosa para que parezca bien» y como el «quitarse los hombres el cabello [... ] con gran curiosidad e importunidad»!", imperó en buena parte de la sociedad española moderna y quedó plasmada en diferentes textos literarios como lo demuestra el Léxico de cosméticos y afeites de Jesús Terrón González ". El pelo se ensortijó con rizos y bucles y existían tintes para el mismo. Los hom- bres aderezaban su pelo con tufos [cada una de las dos porciones de pelo, por lo común peinado o rizado, que caen por delante de las orejas], dejaban crecer mechones de su pelo conocidos como guedejas o melenas de león y adornaban su [rente con copetes. Estos adornos masculinos escandalizaron a intelectuales españoles como Bartolomé Ximénez Patón 12 y Gutierre Marqués de Careaga l3, quienes escribieron en contra de la vanidad mujeril de los hombres españoles que componían su cabellera con estos adornos. Acaso por el asombro de la vanidad y adorno mujeril que se apoderaba de los hombres, apartándolos cada vez más del estereotipo del hombre belicoso, 6. Rafael González Cañal, «El lujo y la ociosidad durante la privanza de Olivares: Bartolomé Jiménez Patón y la polémica sobre el guardainfante y las guedejas», Criticón, 53 (1991 j, págs. 71-96. 7. Capitulas de Reformacion que su Magestad se sirve de mandar guardar por esta ley, para el govierno del Reyno, Madrid, 1623. 8. Capitulas de Reformacion ... , op. cit .. pág. 10. 9. Juan Sernpere y Guarinos, Historia del Luxo y de las leyes suntuarias de España, Tomo 11, Madrid, 1788, pág. 119. 10. Sebastián de Covarrubias Orozco, Tesoro de la lengua castellana o española, edición de Felipe C. R. Maldonado revisada por Manuel Camarero, Madrid, 1995, pág. 22. 11. Jesús Terrón González, Léxico de cosméticos y afeites en el Siglo de Oro, Salamanca, 1990. 12. Bartolomé Ximénez Patón, Discurso de los tufos, copetes y calvas [.... 1, Baeza, 1639. 13. Gutierre Marqués de Careaga, Invectiva en discursos apologeticos contra el abuso publico de las guadejas [... j, Madrid, 1637.

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