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28 / Vol. 11 / Nº 23 / julio - diciembre de 2007 Introducción A pesar de que “el diablo es quien maneja los hilos que nos mueven”, incluso maneja los hilos que mueven a toda la cristiandad occidental, poco se ha estudiado a este magnífico personaje dentro de cada uno de los lugares de producción que han “corregido y aumentado” sus características malignas, tanto iconográficas como discursivas, desde las sociedades judeocristianas primitivas hasta nuestros días. Así, el demonio, el diablo o Satán, como quiera llamársele, es una representa- ción imaginaria en la cosmovisión judeocristiana con fines prácticos muy peculiares en cada uno de los periodos en que se ha dado a bien dividir la historia occidental. En el presente trabajo, me ocuparé de las funciones del demonio que se pueden observar dentro de la obra del capuchino Fray Félix de Alamín titula- da Falacias del demonio y de los vicios que apartan del Camino Real del Cielo, en que se descubren mu- chos engaños del demonio, con que oculta los caminos verdaderos, y propone los falsos, y sus remedios ge- nerales y particulares. De nuevo se han añadido las Charles Baudelaire, Las flores del mal (México: Grupo Editorial Tomo, 2002) 15. Carátula de las Falacias del demonio de Fr. Félix de Alamín. consideraciones de los novissimos, y de la Passion del Salvador, los vicios de la lengua, y las virtudes prin- cipales en que consiste la perfeccion christiana comun a todos, y aun los vicios aora van mucho mas decla- rados. Preserva contra los errores de Molinos. Pre- serva de enfermedades, y enseña el modo de alargar la vida según el modo natural. Es obra utilissima para quien desea conocer los engaños de Satanás, y librarse de sus lazos, como lo declara el Prologo re- impresa en Madrid en 1714 como un ejemplo de la producción cultural barroca española que alcanzó, con un último suspiro, los primeros años del siglo XVIII y en donde las coyunturas polí- ticas y sociales y la historia de la larga duración que produjo la decadencia del imperio español, generaron un cambio imprescindible en la forma de percibir a ese “enemigo de Dios”. Así, el escenario de este episodio de la historia hu- mana será la España que transita entre el periodo llamado Barroco y los principios de la Ilustración (fines del XVII y principios del XVIII), la am- bientación estará a cargo de Fray Félix de Ala- mín, capuchino férreo a la pluma y a la tinta, y el personaje principal será el diablo que dibuja este ambientador, sin dejar de lado todos los prece- dentes de los siglos XVI y XVII que serán esen- ciales para comprender el contexto de la obra y de su autor. I. El contexto sociopolítico y cultural. Las Falacias del demonio es una obra producto de la época de cambios que vivió España y el resto de Europa. Así, una revisión de la sociedad barroca desde un punto de vista global nos encamina- rá para entender el sentido y la intención de su autor Fray Félix de Alamín de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos. Elliott afirma que “el siglo XVII fue económica- mente la edad del hierro, pero culturalmente fue una edad de oro” no sólo para España sino como una circunstancia de Europa en general. El sig- nificado del enunciado es claro: mientras se vivía una decadencia económica, la cultura se convir- tió en la válvula de escape de todas las preocupa- La Orden de los Frailes Menores Capuchinos (O.F.M. Cap.) es una reforma de los franciscanos llevada a cabo en el segundo decenio del siglo XVI. J. H. Elliott, España y su mundo (Madrid: Alianza, 1990) 259.

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