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Vol. 23, N. ˚ 1. pp. 98-126, enero-junio de 2018 101 F R O N T E R A S d e l a H I S T O R I A Anel Hernández Sotelo se dirige a sus lectores en tercera persona para explicar “los motivos que hubo […] para pintar a María Santísima en traje de pastora”: Considerando un predicador capuchino cómo por su oficio estaba obligado a dar espiritual pasto a los fieles, pues este debe ser del predi- cador evangélico el ejercicio, determinó, para cumplir con obligación tan precisa, dedicarse a la pública predicación del Santo Evangelio […] Y para que su predicación llevase todo punto, […] mezcló lo dulce con lo útil […] fue el predicador todos los días de fiesta continuando este ejercicio, predicando siempre en la Alameda, por ser sitio donde, por causa de gozar el fresco para atemperar lo ardentísimo del calor, concu- rre mucha gente vagabunda […]. En este, pues, resbaladizo camino […] predicaba, reprendiendo los vicios y amonestando la devoción de María Santísima, y sacando luego el rosario con tan numerosos concursos […] determinó hacer un pendón o, como comúnmente se dice, un simpecado, que fuese regio triunfante trono de una tan bella y hermosa imagen de María Santísima, que a cualquiera que la mira, como poderoso imán le arrebata el corazón, y aun el más broncamente endurecido se ablanda y enternece al poner los ojos en tan bellísima imagen […] vestida de pastora, con su pellico, cayado, y a las espaldas caído el sombrero pas- toril […] Esta idea discurrió el predicador por parecerle muy tierna y piadosa mucho, así para atraer a María Santísima y a su devoción las almas de los fieles, como para dar a entender lo mucho que ampara y favorece María Santísima a sus devotos. (33-34, 37-38) Dos décadas más tarde de la publicación de La Pastora Coronada , se im- primió la segunda obra significativa sobre esta advocación: La mejor Pastora Assumpta , también de Isidoro de Sevilla. Se trata de un libro en folio para ser consultado por miembros del clero en celdas o bibliotecas, que contiene 136 discursos o sermones promotores de la devoción. El objetivo era legitimar el título y traje de la Divina Pastora por medio de la predicación, pues Isidoro de Sevilla confesaba: Galbarro y Valiente. Gracias a la nota bibliográfica de esta edición moderna sabemos que hoy solo se conservan cuatro ejemplares. Uno de ellos está resguardado en el Archivo Histórico Provincial de los Capuchinos de Sevilla (ahpcs); otro, en el acervo de la Facultad de Teología de Granada de la Compañía de Jesús; uno más pertenece a la hermandad de la Divina Pastora de Cantillana y el último se encuentra en la Biblioteca Nacional de México. 08 Rev FRONTERAS DE LA HISTORIA 23-1_AHernandezS.indd 101 2/27/18 11:35 AM

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