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Vol. 23, N. ˚ 1. pp. 98-126, enero-junio de 2018 121 F R O N T E R A S d e l a H I S T O R I A Anel Hernández Sotelo Santísima que deseaba ser honrada y conocida como Pastora de las almas” (“La Divina” 101). Si antes el autor había asentado que la Virgen se apareció a Isidoro de Sevilla en traje de pastora, ¿por qué, líneas después, necesitó confirmar que la ocurrencia de fray Isidoro no fue producto de su imaginación? La actualidad de la controversia no tiene desperdicio. Aunque el análisis de este fenómeno será objeto de estudio en otro lugar, aquí baste apuntar que recientemente Román Villalón, doctor en Sagrada Teología con especialización en Mariología, escribió que el título de Divina Pastora hace referencia al […] carácter divino del apostolado mariano. Su principal tesis, que Ma- ría es Pastora del rebaño eclesial, se basa en un título mariano que por entonces [en tiempos de Isidoro de Sevilla] comenzaba a solidificarse, el de Madre de la Iglesia […] Aclarando de entrada la dignidad y conveniencia del concepto de pastorado aplicado a María, para su ar- gumentación es parte de un tema crucial, el origen divino del mismo, es decir, su constitución por voluntad de Dios en analogia Christi : como Cristo fue constituido Pastor del rebaño eclesial no por sí mismo, sino por el Padre, así María ha sido constituida Pastora no por sí misma, sino por Dios […] La insistencia en el origen divino de este pastorado podría iluminar el controvertido apelativo de Divina que acompaña al título de Pastora sugerido por fray Isidoro. Esto conllevaría a reconocer que dicho apelativo corresponde no solo al código amplificador barroco que subraya la sobreeminencia de María especialmente en razón de su ma- ternidad divina, sino también por la consideración del origen divino del pastorado mariano, lo cual, importa advertir, no significa que Ma- ría sea una diosa, sino que su misión a ejercer simbólicamente a modo de pastorado en la Iglesia no es voluntad humana, sino divina. (88-92) En este sentido, es posible afirmar que, al margen de las consideraciones teo- lógicas, el texto imagográfico inventado por Isidoro de Sevilla ha superado diversas desavenencias, debido a la recepción y circulación popular de la imagen. Prueba de ello es que, si bien es cierto que la ofm Cap. no fundó convento ni misiones en la Nueva España (Hernández, Una historia 501-518), este hecho no impidió que en 1743 el indio Pascual de Campos, originario de Campeche y residente en Vera- cruz, fundase por iniciativa propia la primera hermandad de la Divina Pastora en la Nueva España, a partir de la compra de una “una estampa de muy poco valor que representaba a Nuestra Señora la Virgen María, con el tiernísimo, dulcísimo, y devotísimo título de Divina Pastora de Nuestras Almas” (Herrera 166). 08 Rev FRONTERAS DE LA HISTORIA 23-1_AHernandezS.indd 121 2/27/18 11:35 AM

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