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Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32 111 diaria. 11 Vale la pena rescatar los versos más representativos de esta obra para conseguir un acercamiento más directo a la Orden. Al inicio, el autor expresa la causa por la que un hombre es capaz de entregar su vida a los hábitos: Del mundo vienes huyendo, al Puerto de Salvación , para evitar la ocasión, de estar a un Dios ofendiendo: al punto vienes diciendo, que al mundo quieres morir, y de los peligros huir, que ofrece [...] 12 traidor; porque a tu Dios y Señor más libre puedas servir [folio 1] Nuestro fraile menor escribe sobre los tres lazos que unen a todo buen religioso franciscano. Del primer lazo, la obediencia, apunta que “al rendimiento te obliga, / o a negarte en todo caso” [folio 2]. La pobreza, el segundo lazo, “te obliga a andar desnudo / en tu vida totalmente” [folio 7]. De ésta misma aclara en otro verso que Lo cierto es, que el Religioso, que de seda, o lino ha usado, está cierto en mal estado, por su genio escandaloso: si de lo que es más precioso, usar quiere vanamente, en qué está lo penitente de su estado regular? quando entre él, y el secular no hay distincion ciertamente? [folio 10v] El manejo del dinero y los bienes materiales debe cuidarse sigilosamente. Por eso fray Diego de Pardo abre este tema definiendo que “la sentencia más fundada, / assienta por verdadero, / ser pecunia o dinero / qualquier moneda acuñada” [folio 12v] y que en caso de recurrir a recibir limosnas o bienes –––––––––––––– 11 Fray Diego Pardo, El perfecto religioso menor, que huyendo de los peligros del mundo se acoge para salvarse al puerto seguro de la Religión. Propónese en estilo métrico plano al devoto lector, para que la duzura del metro endulze algún tanto, y suavise lo corpulento de la obra , Siglo XVII aprox.. Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México. 12 Ilegible en el manuscrito.
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