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Clío, 2004, Nueva Época, vol. 4, núm. 32 117 mitificado muchos episodios milagrosos de frailes capuchinos, se vio en la necesidad de contar y recrear su propia historia como otro medio más de legitimación. El encargado de este gran trabajo escrito inicialmente en latín y dividido en tres tomos enormes fue el Padre fray Zacharias Boverio de Salucience de quien se dice en la traducción al castellano de su obra que “murio en el Señor en la Ciudad de Genova a los setenta años de su edad y de Religioso quarenta y ocho, en 31 de mar ς o de 1638”. 20 Este dato nos permite saber que poco después de la muerte del autor, los capuchinos asentados en la península ibérica se dieron a la tarea de traducir los tres tomos de las Chronicas de los Frayles Menores Capuchinos escritas por Boverio para mayor difusión de los orígenes de la Orden. El nombre del Padre Fray Francisco Antonio de Madrid Monacada aparece como traductor de los tres tomos que salieron a la luz en Madrid en 1644, 1646 y 1647, respectivamente, impresos por Carlos Sánchez. Pero el trabajo no estaba terminado. Boverio sólo pudo escribir sus Crónicas desde los inicios de la Orden en el siglo XIV y los acontecimientos y personajes principales del siglo XV . De ahí que el Padre Fray Marcelino de Pise (seguramente también italiano) escribió en latín los dos últimos tomos que faltaban y que cubrieran los años de 1613 hasta 1634, traducidos al castellano por el Padre Fray Josef de Madrid, capuchino también, en Madrid en 1690 y 1691 en la imprenta de Bernardo de Villa-Diego. Los cinco tomos de las Crónicas capuchinas constan de unos índices enormes donde se encuentran los nombres de todos los frailes o “varones” destacados de la Orden, de quienes se cuenta su vida, su encuentro con la divinidad, su obra, sus milagros y su muerte. La última parte de cada tomo consiste en un apéndice donde se reproducen todas las Bulas papales que se dictaron durante los siglos XIV al XVII para la conformación de la Orden y su aprobación por los papas de Roma. En fin, estos cinco tomos son de una riqueza incalculable porque no sólo ofrece datos históricos como en el caso de las Bulas sino que también retrata la ideología colectiva de un grupo de religiosos que mezclan lo histórico con lo mitológico, lo fantástico, lo místico y que todo ello conforma su identidad y la cohesión del grupo capuchino. –––––––––––––– 20 Boverio de Salucio, fray, Primera parte de las Chronicas de los Frailes Menores Capuchinos de N.P.S. Francisco , Traducción de la lengua latina a la castellana por el P. F. Francisco Antonio de Madrid Moncada (religioso de la misma Orden), con licencia en Madrid, por Carlos Sánchez, 1644, páginas introductorias s/n. Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México.

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