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Letras Históricas / Entramados 52 tencias, por lo que sin ella sería imposible la generación, la corrupción natural, la vida, la salud y la muerte. Así, gracias al arte alquímico y al estudio de las propiedades de la naturaleza, la quintaesencia luliana –llamada también espíritu o extracto– “sirve de cúralo todo , mientras Dios no lo estorve, […] mas ha de quatrocientos años”. 55 Por eso, afirma el capuchino, quien supiere, (como los sabios Medicos lo hacen) debidamente pro- porcionar la virtud, y materia según la cantidad de virtud, y peso con- veniente á los xaraves, purgas, confecciones, cocimientos, tinturas, y unguentos, procederá científicamente, y curará á un contrario con otro, como se cura la ignorancia con la ciencia, segun el grado, y materia, que se requiere; esto segundo no depende de la experiencia: luego ni lo primero. […] El conocimiento de la enfermedad dirige el remedio que se debe dar, sin que la experiencia por sí sola baste para el juicio aplicativo de él; porque la experiencia que no fuere casual, es hija de la ciencia. 56 Como vemos, para Luis de Flandes resultaba imposible la distinción entre el acto científico y el acto teológico , pues ambos estaban guiados por la mano de Dios. Si Dios quería que el enfermo muriera, vanos serían los remedios que los médicos aplicaran en él pues “entrarán los Medicos (como los vió entrar Santa Theresa) con los ojos vendados, y recetarán lo contrario á la salud, por mas experimentados que sean”. 57 Dios “mul- tiplica cada dia las medicinas, y nos las ofrece tan liberalmente, aunque muchas yá no se usen”, 58 pero cuando es su deseo que el cuerpo muera, niega la ciencia infusa a los médicos. La grandeza de Dios para preser- var la salud, siempre que fuera su voluntad, podía comprobarse en “la multitud de medicamentos viejos, y nuevos, usados, y por usar” 59 que dispone para los humanos, pues así como los oradores sagrados escogían la medicina espiritual que habían de difundir en calles, plazas y púlpitos de acuerdo a la moda y a las necesidades de sus oyentes, “a este modo variando los Medicos en el uso de los remedios, no alteran lo intrinseco de las medicinas”. 60 55 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 87. 56 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 107. 57 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 111. 58 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 123. 59 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 123. 60 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 123.

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