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Letras Históricas / Entramados 50 La “vigencia” del antiguo académico y el caos teórico de Luis de Flandes Después de estos extensos discursos laudatorios que ocupan buena parte de la obra, comienza propiamente el tomo primero de El antiguo académico . Flandes advierte que, aunque Feijoo haya escrito en el Teatro crítico (1726) que el estado de la medicina era imperfecto debido a que se basaba en la probabilidad (a la manera de la ciencia teológica) más que en la certeza, la comparación entre la medicina y la teología pretendida por el benedictino era inútil, porque entre ambas ciencias “la disparidad no es total”. Y es que, para el capuchino, Dios infunde la ciencia en los hombres y tanto teólogos como médicos tienen la capacidad de remediar la muerte porque ni los Theologos dexan de tener en muchos casos el mismo trabajo espiritual, que los Medicos en matar, ó dar vida corporal, porque en los medios necesarios, que llaman de necessidad de medio para la salud del Alma, no pueden seguir la opinion probable, dexada la cierta, y á falta de esta han de seguir la mas segura: luego corre en parte lo mis- mo, que en los medios necesarios para la salud del cuerpo. 47 Así, el estado imperfecto no es privativo de la ciencia médica, sino de todas las ciencias y artes porque, aunque el conocimiento de ellas pro- venga de la “infusion Divina”, siempre se puede perfeccionar al “grado positivo”, es decir, que “assi como el saber en un caso particular excluye la particular ignorancia , que es su contrario; no de otra suerte, el saber habitualmente la Medicina, excluye, y destierra generalmente la igno- rancia de ella ”. 48 En este sentido, si la sabiduría es la exclusión de la ig- norancia, con los principios hipocráticos y galénicos la ciencia médica en grado positivo ofrecía certezas para la cura corporal, así como la ciencia teológica lo hacía con la cura espiritual. En sus escritos Feijoo había criticado también la eficacia de las purgas y las sangrías porque “hay Médicos que nunca, o casi nunca sangran: otros, que nunca, o casi nunca purgan: otros, como los Paracelsistas, que ni purgan, ni sangran”, y asegura que estos remedios no sólo “debilitan las fuerzas, mas también en que interrumpen, y turban la sabia natu- raleza en los rumbos que toma para vencer la enfermedad”. 49 A estas 47 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 44. 48 Flandes, El antiguo , tomo I , p. 47. 49 Feijoo y Montenegro, Teatro critico universal , 1726, tomo I, Discurso 5, sin paginar. Fuente: Biblioteca Feijoniana.

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