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Academia Mexicana de Literatura Moderna - Sociedad Académica de Historiadores Editorial Sagitario 360 no solamente con silogismos, sino también con afectos y con un gran golpe de elocuencia, la cual pide, no un razonamiento breve y angosto, sino acre, vehemente y copioso [507b] 1233 De ahí que el clérigo de la época, en este caso nuestro fraile Alamín, se vea en la necesidad referir los pecados que conlleva el mal uso de la lengua siendo ésta un elemento indiscutiblemente importante para el manejo de la feligresía. El capuchino español, siempre dentro de la ortodoxia de su época, dedica todo el Tratado Sexto a ―los vicios de la lengua, que apartan de el camino derecho de el Cielo, y de sus falacias‖. Consideremos entonces la magnitud de la intromisión satánica en el uso de la lengua teniendo en cuenta que las jerarquías políticas y religiosas le habían dado a ésta un papel primordial dentro del estudio de los comportamientos humanos. El capítulo primero de este Tratado sexto inicia de modo determinante y severo: Tan corrupta es nuestra naturaleza, que no basta corregir los desordenes de los afectos si a la lengua la dexamos libre, y suelta, porque abusa de essa libertad, y nos haze caer en los daños, que nos propone el Apostol Santiago, diciendo [...] La lengua es un pequeño miembro, y ensalza grandes cosas; quan grande fuego, y grande selva enciende! La lengua es fuego, es universidad de maldad, mancha a todo el cuerpo, inflama la rueda de nuestra vida inflamada por el infierno; ningun hombre la puede domar, es mal inquieto lleno de veneno mortífero, de ella procede la bendicion y la maldicion. 1234 La lengua pareciera un órgano del cuerpo humano que funciona totalmente independiente a los mensajes que el cerebro le envía por medio de los pensamientos y ―doma‖ a los hombres porque ―es un animal indómito‖ que se apodera del ser humano desde sus primeros años para hacerlo pecar pues ―los niños apenas saben hablar, quando caen en pecados de lengua, y perseveran en ellos, y otros muchos vicios hasta la muerte.‖ Tan fuerte es este órgano que pensando en todo el resquebrajamiento de los dogmas eclesiásticos desde el siglo XVI, pasando por la Reforma y por el descubrimiento de nuevas formas religiosas orientadas por el demonio en América, el fraile escribe que ―desde Roma, donde ya ha hecho el mal que ha podido [la lengua], luego se passa a las Indias‖ 1235 Escribe también el fraile que la lengua ―es universidad de maldad‖ porque en ella no se encuentra un solo tipo de maldad sino que ―como en las letras del Alfabeto están incluydas todas las ciencias, assi en la lengua se hallan todas las especies de inquiedades [sic], que empiezan con las letras del Alfabeto, y aun les sobrepujan, pues Rubeno propone 125 vicios de la mala lengua [y] la Iglesia nos manda con descominion, que no tratemos con los Hereges, porque su lengua es tan perversa, que con facilidad pervertirá a los Católicos‖. 1236 Este órgano que pareciera autónomo e indomable está regido metafísicamente por Dios o por el Diablo pues Alamín aclara que cuando hablan los predicadores está hablando Dios por medio de ellos gobernando sus lenguas, mientras que ―el demonio dirige, y haze hablar a las malas lenguas‖ 1237 de ahí que de un mismo órgano pueda generarse la bendición y la maldición. Y justamente por el poder de ordenar y darle existencia al mundo que tiene el habla apuntado más arriba, Alamín aclara que según su lectura del Apocalipsis serán los más atormentados en el infierno aquellos que hicieron mal uso de la lengua porque es esta acción ―la fuente de toda maldad‖ 1238 y, derivado del pensamiento barroco de que son pocos quienes saben darle buen uso a la lengua, nos enfrentamos al mal uso de la lengua como un pecado que, si bien no es capital por tradición, se convierte en la raíz de toda maldad, en el receptáculo de todas las pasiones desviadas de Satán y en el vicio más castigado en el infierno. De ahí que con frecuencia se hable de la ―custodia de la lengua‖ entre los escolásticos pues este era el nombre que se le daba a ―una compleja disciplina preventiva para evadir el delito [que] existía porque la palabra humana es un don precioso, pero también un riesgo para la salud espiritual por el abismo de innumerables faltas que abría ante el creyente‖ con lo que se buscaba ―una disciplinarización de la palabra.‖ 1239 El capuchino clasifica el uso de la mala lengua en la mentira, la murmuración, la revelación de secretos, la contienda y la porfía, el multiloquio, la scurrilitas, el stultiloquium, la inconsideración, el ociosiloquium y el vaniloquio. 1233 Citado por M. Beuchot, Op. Cit., pp. 141-142 1234 F. de Alamín, Op. Cit., p. 426 1235 Ibíd. , pp. 426-427 1236 Ibíd. , p. 427 1237 Ídem. 1238 Ibíd. ., p. 428 1239 PEREZ Cortés, Sergio, La prohibición de mentir , México, UAM-Siglo XXI, 1998, p. 44

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