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Enciclopedia del Trabajo Historiográfico Iberoamericano Tomo I Editorial Sagitario 355 guiñando con los ojos, habla con los pies, o con las manos, y con las demas partes del cuerpo, solo cuidando de apacentar sus sentidos, olvidándose de su interior [...] Como no escarmientas, pues la curiosidad de Eva ha ocasionado tantos daños al mundo‖ 1193 En el conocimiento: ―quando quiere conocer, y saber cosas prohibidas, o dañosas, o sobre su capacidad, como son los mysterios de la Fé, o cosas curiosas [...] No busques las cosas altas ni escudriñes las cosas mas fuertes que tu, y en las obras de Dios no seas curioso‖ 1194 En los vestidos: consiste en buscar ―la preciosidad, en la suavidad, o blandura, en el color que sea muy vistoso, ú de varios colores[...] que todo mira a recrear la vista [...] Aquí el demonio propone una falacia, y es persuadir a estos, que tales vestidos, y adornos curiosos, y vanos no los usan con fin pecaminoso, y que assi no se haga escrúpulo‖ 1195 En la levedad del ánimo: ―se muestra en juzgar con facilidad los hechos y dichos de los otros [...] en dar credito al instante a los que oye [...] es presto, y leve en hablar, en querer a otros enseñar [...] es leve en las obras que empieza, porque presto muda la voluntad y el proposito [...] con leve ocasión se turba, y mueve a iras‖ 1196 En la alegría: ―al sobervio nunca le oirás gemir, ni le verás llorar, como ha desterrado de su memoria todos los motivos del llanto, desprecio, y humildad, y piensa en cosas vanas, y alegres, con esto no puede detener la risa, y prorrumpe en la necia alegria‖ 1197 En la jactancia: ―que consiste en pronunciar de si cosas dignas de alaban a con elacion, o exagerandolas mas de lo que son, queriendo parecer grande delante de los presentes, y ser alabado‖ 1198 En la singularidad: ‖esto es, querer ser, o parecer singular, obrando u diciendo algo fuera de lo comun, y acostumbrado para ser mas alabado, y honrado que los otros‖ 1199 En la arrogancia: ―que es una elacion del animo con que uno estimándose mucho, juzga que son verdaderos sus meritos de que prodece mandar a otros, o enseñar con imperio, hablar con inchazon‖ 1200 En la presunción: ―esto es una vana esperan a, en que uno confia en su virtud, o prendas [...] como juzga que excede a los otros, assi presume mucho de si‖ 1201 En la detención de pecados: ―quien confía tanto de si, que se introduce en mas de lo que puede, es impossible, que dexe de cometer yerros, y culpas, y si de ellas le corriegen, o advierten, no las confiessa [o] se defiende con diversas escusas una vezes dismuyendo el pecado; otras diziendo que es pequeño en comparación de los que otros cometen, o tribuye a otros la culpa, o afirma que no fue obra pecaminosa, sino buena, y licita [...] por no dezir que ha errado‖ 1202 En la rebelión o inobediencia: ―porque como el sobervio presume de si, y que su juyzio es acertado, a nadie se quiere rendir, ni obedecer a sus superiores, juzgando que le hazen agravio den lo que le mandan, y que si obedece será descredito suyo, y que perderá mucho, y que por esto no obedece a los Prelados, ni a sus padres, ni a los Confessores, despreciando sus ordenes, y mandatos, no queriendo sujetarse, sino executar su propia voluntad‖ 1203 En la libertad de pecar: al soberbio ―le parece que sigue caminos rectos, y son torcidos, que llevan al camino del infierno; con esta libertad no teme a los hombres, ni se avergüenza; sino que obre con desahogo, y aun se alaba del obrar mal, y por conseguir sus gustos desprecia a Dios, a su ley, y no teme los castigos.‖ 1204 En hacer costumbre en el pecar: aquí finalmente el soberbio ―viene a quedar cautivo de los vicios, en donde pierde el temor de Dios, pues corre sin impedimento, y sin trabajo a los vicios; al principio se averguen a de que los hombres sepan sus culpas, teme el castigo de Dios, y ser 1193 Ibíd., pp. 409-410 1194 Ibíd. , p. 410 1195 Ídem. 1196 Ibíd., p. 411 1197 Ídem. 1198 Ibíd., p. 412 1199 Ídem. 1200 Ibíd., p. 413 1201 Ibíd., p. 414 1202 Ídem. 1203 Ibíd., p. 415 1204 Ídem.