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Enciclopedia del Trabajo Historiográfico Iberoamericano Tomo I Editorial Sagitario 339 quiero. Justo castigo es este, que pues quitó a Dios el culto, y el amor de su cora on lo pague aora en el infierno.‖ 1077 XI ―Refieren los Coronistas antiguos [sic] que el demonio tomó forma humana; entró a servir a un rico, y de tal suerte le agradó, que dentro de pocos dias puso en sus manos todo el govierno de su hazienda, y un dia el demonio le á labó [sic] mucho a los religiosos de mi P. S. Francisco de un Convento allí cercano; diziendo, que eran santos, y que quien les hazia limosna, merecia mucho delante de Dios y tantas razones dio, que le movió a tata devocionn de los Religiosos, que casi cada dia les embiaba limosna de pan, carne, pescado, y frutas, con tanta abundancia, que los Religiosos que vivian antes con austeridad, y escasamente, comen arona vivir con abundancia, y con regalo con aquellas limosnas, que el demonio les procuraba; pero algunos Religiosos sintiendo grandemente esta perdida espiritual, hizieron oracion, pidiendo a Dios, no permitiesse a su siervos caer en tanta relaxacion. Y uno movido del Señor, fue a casa del rico, y le preguntó; qué causa le avia movido a tanta devoción, y a darles limosna en tanta abundancia, siendo assi, que antes nunca les daba cosa, ni aun un pedazo de pan? Respondió: Que su criado le avia hecho devoto suyo, y que le estimaba mucho por esto; pues con tales obras esperaba salvar su alma y que cada dia le traia a la memoria, que embiasse limosna al tal Convento. El Religioso rogó al Señor, que hiciese venir alli al tal criado; el qual por fuer a vino a su presencia, y al punto el Religioso conoció, que era el demonio; y viéndose descubierto, desapareció, y no fue visto mas. Entonces el Religioso claramente conoció el engaño del demonio, y rogó al rico que no embiasse mas limosnas al Convento, y con esto le reformó.‖ 1078 XII ―Un Religioso entró en la roperia, y tomó un poquito de paño, para echar alli un remiendo sin licencia; cayó enfermo, y estándose muriendo, se hallaba alegre, porque la conciencia no le remordia; pero lebantó acaso los ojos a un rincon de la celda, donde tenia colgado su habito, y sobre él vió al demonio en figura de mona, que se estaba relamiento, y saboreando en aquel remiendo, que avia echado sin licencia. Conoció su defecto, llamó al Superior, pidió licencia, y se reconcilió. Pues si en cosa de tan poca monta el demonio halló de que assir, y de que acusar, o quanto puede temer el Religioso, que da, o recibe sin licencia, o el que lo esconde de el Prelado?‖ 1079 XIII ―Un Ar obispo, y un Abad sobre la precediencia tuvieron contienda, de que resultó, que creció tanto, que en el Templo huvo derramamiento de sangre, y el dia que se reconciliaron, se oyó una voz en el ayre, que el demonio dixo: Yo he sido el promotor de esta discordia.‖ 1080 XIV ―San Pacomio tenia grande opinión de santidad y un Monge envidioso quiso de todo punto quitársela, y para esso escondió un libro en la celda del Santo, y luego delante de todos se queso de que se le avian hurtado; fueron embiados tres Monges, que registrasen todas las celdas, y hallaron el libro en la de San Pacomio, por lo qual fue acusado, y públicamente castigado por el hurto, y él cumplió la penitencia sin escusarse; pero Dios, que buelve por la verdad castigó al envidioso, pues se le entró el demonio en el cuerpo, atormentándole gravemente, y le hizo confessar, como él avia ocultado el libro, por deshonrar al Santo.‖ 1081 XV ―Un Monge no podia parar en la celda; y assi, saliendo de ellase andaba ocioso, y perdiendo el tiempo. Los Prelados le castigaron, y la utlima vez dixo en alta voz: No veis al demonio, que huye, y me dexa? Veisle alla donde va, que ha salido de mi cora on, y quedo libre de su tyrania; él me sacaba de la celda; él me traía por las oficinas del Convento; él me hazia perder el tiempo; él me incitaba contra mis Prelados; desde oy [sic] me sugetaré a ellos, y guardaré recogimiento, y assí lo cumplió con mucho exemplo. Con este caso pueden 1077 Ibíd., p. 314 1078 Ibíd., p. 319 1079 Ibíd., p. 331 1080 Ibíd. , p. 351 1081 Ibíd., p. 355