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Enciclopedia del Trabajo Historiográfico Iberoamericano Tomo I Editorial Sagitario 335 Después de esta oportuna clarificación de cómo el demonio está al acecho y los hombres siguen su juego por ignorar los peligros de éste, cual fantasma que invisiblemente hace y deshace a su antojo, el fraile aclara fervorosamente apoyándose en San Pablo que ―nuestra guerra no es contra los hombres sino contra los demonios‖ que son agentes sutiles para que rechacemos a Dios. Pero al mismo tiempo, nos presenta un Dios cómplice del Diablo pues la lógica católica lleva a nuestro autor a preguntar: ―Viendo Dios este desprecio tuyo, qué mereces sino que te desampare, y dexe en las manos de los demonios?‖. 1059 Aquí pues se cumple esta elucidada composición del bien y el mal al unísono, el uno es factor y elemento del otro y mientras el Diablo es malo por hacernos despreciar a Dios; Dios, herido y engreído, no salva a la víctima sino que la deja a merced de su opositor. Veremos pues, a lo largo del texto, que Alamín juega con estos principios constantemente. Las notas introductorias terminan con la afirmación que el autor hace sobre la utilidad del libro que han experimentado ya varios lectores, quienes leyéndolo con cuidado, despacio y continuamente, de tener una vida derrotada y hacia el camino del diablo ―se mudaron en otra bien exemplar‖ 1060 . De ahí advierte que no cesará en sacar más libros a la luz para difundir la perfección cristiana. Quizá pues éste junto con sus demás textos se convirtieron en libros de cabecera, no sólo de la congregación de los capuchinos sino de la comunidad clerical católica del siglo XVIII Español. Las Falacias del demonio como un exemplum 1061 Entre otros aspectos, la cultura del Barroco pretende una renovación del medievalismo en cuanto a las ideas religiosas y recurre a las reminiscencias de aquella época con tres propósitos principales: reproducirlas, promoverlas y adaptarlas a los siglos XVII y XVIII por medio de la persuasión psicológica. Es por ello que en esta época en el ambiente ―profano‖ se recurre a contar biografías de hombres ejemplares con el objetivo de educar moral y políticamente a las masas. Nada novedoso si recurrimos a las narraciones medievales que desde el siglo XII adoctrinaban a las comunidades con relatos fabulosos de la eterna lucha entre Dios y el Diablo. Siguiendo a Le Goff, El exemplum medieval es una anécdota edificante destinada las más de las veces al uso de los predicadores, quienes deslizan exempla en sus sermones a fin de que los fieles asimilen mejor una saludable lección. Se trata pues de un producto ideológico de gran consumo [...] cuyos principales promotores son los miembros de las órdenes mendicantes. 1062 En donde ―la voz exemplum es una derivación del verbo latino eximo, una de cuyas acepciones es ―sacar afuera‖. Exemplum viene a significar: ―copia, imitación, ejemplar, reproducción, traslado‖ 1063 El origen del exemplum es muy antiguo. Se sabe que la cultura hindú del siglo IV ya utilizaba estas formas de aleccionar pero fue en el Occidente medieval donde tuvieron su mayor impacto. Los exempla no fueron desconocidos en la España árabe a pesar de la gran distinción del desarrollo histórico que se ha hecho entre la Europa y la España medieval. Florecieron principalmente durante el siglo XIII y perduraron hasta el siglos XVIII en España como nos lo muestran las Chronicas de los Frailes Menores Capuchinos . El recurso del exemplum se basa en la narración presente de un acontecimiento en la que los ―personajes-narradores‖ cuentan historias acaecidas en pasados lejanos, tan remotos como sea necesario para salvaguardar la lógica de la narración, por medio de recursos didácticos como es el diálogo. El relato final cuenta de qué manera se aplica ese legendario suceso a la vida del presente. 1064 Esta estructura del diálogo fue socorrida durante los varios siglos, sobre todo por los religiosos ya que todo fraile mendicante llevaba consigo sus compilaciones de exempla para la prédica. Durante los siglos XIV y XV, algunos exempla sufrieron una transformación importante: los diálogos fueron sustituidos por narraciones continuas a manera de cuentos. Este hecho hizo que la Iglesia comenzara a prohibir ya en 1516 la difusión de aquellos con la justificación de que los exempla se estaban ―profanando‖. 1065 Sin embargo, los 1059 Idem. 1060 Idem. 1061 Exemplum, -i (eximo) n.: modelo, tipo original de una coa, minuta, ejemplo, imitación, copia, trascripción, forma, modo. La palabra ―exemplum‖ denomina al singular mientras que la palabra ―exempla‖ denomina al plural. Diccionario ilustrado latino-español/español-latino Vox, Barcelona, Spes editorial, 2001. 1062 LE GOFF, Jacques, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Barcelona, Ediciones Altaya, 1999, pp. 116-117. 1063 CÁNDANO Fierro, Graciela, Estructura, desarrollo y función de las colecciones exempla en la España del siglo XIII, Colección de Bolsillo No. 13, México, IIFL-UNAM,2000, p. 20 1064 Ibíd, pp. 7-17. 1065 Ibíd., p. 47
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